Invasión ‘sounder’ en Burriana
El Arenal Sound recibe más de 20.000 jóvenes y se prepara para acoger a más de 55.000 La organización estima el impacto económico en 30 millones
A la cuarta va la vencida. Si en la edición de 2012 la llegada de miles de sounders (como se conoce a los jóvenes que acuden a este festival de Burriana) provocó un colapso total en una ciudad que vio duplicada su población en pocas horas, la edición de este año, la cuarta, ha demostrado que la organización ha aprendido de sus errores. La escena de colas kilométricas (hasta 12 horas de espera), enfados, insolaciones y, sobre todo, un tráfico imposible desapareció este martes para dar una imagen de cierta normalidad. La mínima que puede haber cuando a un municipio de 35.000 habitantes llegan más de 20.000 personas en solo medio día.
El Arenal Sound se prepara este año para su edición más multitudinaria con un tope que supera los 55.000 jóvenes al día (el 92% españoles). El festival supera de largo y por segundo año al FIB y se ha erigido en el que más éxito de público tiene en el territorio nacional.
“Vamos aprendiendo con los años y, después del colapso del pasado año, pedimos a la organización que cambiaran algunas cosas”, reconoce Ana Montagut, concejal de Burriana encargada del festival. Según explica, este año se ha robado terreno del camping anexo al recito del festival (ubicado frente al paseo marítimo) para ampliar mínimamente el espacio de conciertos. “Hay aforo para 70.000 personas”, asegura. Pero lo que más ha contribuido a evitar el caos de la llegada de miles de sounders ha sido la ampliación de la zona de acampada más alejada del recinto y haber habilitado un aparcamiento para 4.000 coches. También una flota de 200 autobuses en lugar de los 60 de 2012. “Esto son 10.000 coches menos”, dice.
La clave del éxito del festival es su precio: 35 euros con camping de salida
Desde la organización añaden otros cambios. Según explicó Tomás Abril, director de comunicación, las taquillas para recoger las acreditaciones se abrieron a las siete de la mañana y no a las doce. Además, se establecieron tres puntos separados en lugar de una única taquilla. Y todo ello contribuyó a dar más normalidad a la invasión de sounders. “Este año la organización ha mejorado, no hay colas y todo parece más tranquilo”, aseguraba este martes Rosa, una castellonense que espera para poder entrar a una de las zonas de acampada, ubicada en primerísima línea de playa.
La mezcla de playa y precios que rozan lo irrisorio (los abonos salen a 35 euros con camping para casi una semana) es la clave del éxito de este festival que cada año bate su propio récord. Según la organización, el impacto económico se prevé en 30 millones. Los bares y supermercados de la zona hacen su agosto. “Anoche estuvimos hasta las dos de la madrugada, no paramos, hemos tenido que contratar al doble de personal”, indica la camarera de uno de los chiringuitos situados junto al recinto. “¿Es beneficioso para el municipio tener un evento así con el trastorno que supone?”, se pregunta la regidora. “Es el primer festival de España, sí que merece el esfuerzo porque es una inyección para Burriana y su entorno”, sentencia.
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