Siete ‘mossos’ admiten que dispararon cerca de Quintana ocho meses después
Interior aparta a los policías de la unidad antidisturbios por una "pérdida de confianza" Los agentes aseguran que solo dispararon una salva, sin proyectil
Siete mossos han tardado ocho meses en admitir que dispararon en la zona en la que resultó herida Ester Quintana, en la huelga general del 14-N en Barcelona, cuando perdió el ojo izquierdo. El consejero de Interior, Ramon Espadaler, convocó ayer de forma urgente a los medios para informar de la destacable novedad, surgida a raíz de una investigación interna. Espadaler admitió la gravedad de la ocultación por parte de los agentes, y anunció que aparta a los policías de la unidad antidisturbios por una “pérdida de confianza”.
Los mossos, sin embargo, niegan que disparasen pelotas de goma. “Creen recordar que hubo un tiro de salva [disparo sin proyectil]”, contó Espadaler, pero mantienen que no lanzaron pelotas de goma, un arma que en ningún momento se dio autorización para usar durante la huelga y que requiere del permiso expreso del director general de la Policía, Manel Prat.
Los policías alegan que solo lanzaron salvas, que son tiros sin proyectil
En cualquier caso, el consejero ha apartado a los agentes “por ocultar un dato que sabían que era importante. Lo sabían perfectamente”. Aunque estos seguirán en el cuerpo, destinados en otra unidad. Los policías pertenecen a la furgoneta Dragó 414, que actuó en la confluencia de la calle de Gran Vía con paseo de Gracia.
El departamento ha abierto una información reservada por una “grave indisciplina” y también ha aportado los datos —que envió el lunes— al Juzgado de Instrucción número 11 de Barcelona, que investiga lo sucedido. “Queremos llegar hasta el final y aclarar lo que pasó”, insistió Espadaler. Aunque por ahora, el consejero de Interior deja en manos del juez la respuesta a la pregunta clave: ¿quién hirió a Ester Quintana? El forense sostiene que fue una pelota de goma.
El consejero no aclaró ayer por qué los agentes cambiaron un discurso que han mantenido durante todo este tiempo, y se limitó a decir que “podrían haberlo reconocido hace ocho meses y ahorrar especulaciones”. Según fuentes policiales, unas imágenes aportadas por la División de Asuntos Internos (DAI) donde aparece la furgoneta Dragó 414 donde resultó herida Quintana han sido la clave para presionar a los policías. Interior, sin embargo, matiza que esas imágenes obran en poder del juzgado que instruye la causa desde hace meses, y que apenas son de dos segundos, por lo que les restan peso en el hecho de que los agentes admitiesen que actuaron allí.
Hasta ahora, hay dos mossos imputados por la lesión de Quintana, pero forman parte de una furgoneta distinta, la Dragó 40. El juez deberá decidir cómo procede, y si decide imputar a los siete policías de la Dragó 414 que han explicado que estaban allí, ocho meses después.
La información que hizo pública ayer Interior supone un cambio en el discurso oficial mantenido por el departamento. El anterior consejero Felip Puig aseguró primero que donde resultó herida Quintana no hubo actividad policial, pero unos vídeos, mostrando lo contrario, le obligaron a cambiar la versión de los hechos en diversas ocasiones. A pesar de eso, se mantuvo inamovible en el hecho de que a la mujer no la hirió un mosso, mucho menos una pelota de goma, y sostuvo que justo donde cayó herida no actuó ninguna unidad policial.
Espadaler abre una información reservada ante la “grave indisciplina”
El director de la Policía, Manel Prat, que continuó en el cargo tras las elecciones, añadió que dimitiría si aparece alguna evidencia de que a Quintana la hirió una pelota de goma. Prat no acompañó ayer a Espadaler en la conferencia de prensa. “El consejero quería dar él esta rueda”, excusó una portavoz del departamento.
“Ahora es más ineludible que nunca la dimisión de Prat porque ha quedado cuestionado”, pidió ayer el diputado de ICV-EUiA, Jaume Bosch. Añadió que la revelación “da un impulso nuevo y sentido” a la comisión parlamentaria sobre el modelo de orden público que Interior “había querido cerrar”, y anunció que pedirán que Espadaler y Prat comparezcan de nuevo. “Es increíble que ante una información reservada salga el consejero y hable de los propios agentes”, criticó el portavoz del sindicato SME-CC OO, Toni Castejón. A su entender, “ha creado una imagen de desconfianza, en lugar de explicar cómo gestionaron los diferentes informes que recibieron”.
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