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Lissavetzky pide invertir el superávit de 2012 en un plan contra la exclusión social

Propone medidas en materia de empleo, vivienda, educación y ayudas sociales a una alcaldesa a la que considera "deslumbrada por el fuego olímpico"

De izquierda a derecha, los concejales socialistas Pedro Zerolo, Carmen Sánchez-Carazo y Jaime Lissavetzky, ayer en Vallecas.
De izquierda a derecha, los concejales socialistas Pedro Zerolo, Carmen Sánchez-Carazo y Jaime Lissavetzky, ayer en Vallecas.

El líder municipal socialista, Jaime Lissavetzky, ha pedido esta mañana a la alcaldesa, Ana Botella (PP), un plan contra la exclusión social en la capital, donde una de cada cinco familias tiene graves dificultades para llegar a fin de meses, un cuarto de los menores de 16 años subsisten bajo el umbral de la pobreza, y el paro alcanza ya al 19,3% de la población activa. Botella está “deslumbrada por el fuego olímpico”, ha señalado Lissavetzky, y no debe “lavarse las manos como Poncio Pilatos” ante esa situación; por ello, el líder socialista ha planteado cuatro líneas de actuación urgentes en materia de empleo, educación, vivienda y prestaciones sociales.

En cuanto a empleo, Lissavetzky apuesta por invertir en formación y capacitación de trabajadores en sectores en riesgo de exclusión social para mejorar su acceso al mercado laboral. En educación, quiere garantizar el acceso a las escuelas infantiles públicas, y poner en marcha programas contra el absentismo y el fracaso escolar. En vivienda, pide al Ayuntamiento que la Empresa Municipal del Suelo recupere “su objeto social”, y cree una oficina para atender a los afectados por los desahucios. Por último, en cuanto a prestaciones sociales, Lissavetzky pide a Botella que, “al igual que habla de quitar trabas administrativas a los emprendedores, suprima también las barreras para que las ayudas sociales lleguen más rápidamente” a las personas que las necesitan.

“Queremos los Juegos Olímpicos de 2020”, añadió Lissavetzky, pero “el Gobierno municipal debe adoptar, de forma directa, fiable y real, medidas extraordinarias y políticas de choque ante la emergencia social que vive la capital”. Tiene que ser el Ayuntamiento “y no las ONG” las que lideren estas actuaciones, ha agregado: “No podemos mirar para otro lado porque todo lo que ocurre en esta ciudad tiene que ver con el Ayuntamiento”.

Respecto al dinero para sustentar este plan, Lissavetzky ha apostado por utilizar los 81 millones de euros que se dejaron sin gastar del presupuesto de Servicios Sociales el año pasado, e incluso utilizando los 800 millones de superávit con los que presume haber cerrado 2012 el Ayuntamiento. “Si se quiere, hay financiación”, ha concluido.

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