El aeródromo de El Álamo, incompatible con Getafe según su plan director
La Comunidad sostiene que es subsanable coordinando el tráfico aéreo
El Aeródromo del Suroeste que la Comunidad de Madrid proyecta para antes de 2018 entre El Álamo y Navalcarnero tendría problemas de “compatibilidad” con la base aérea de Getafe, a una distancia de unos 40 kilómetros. “Representa el mayor problema de compatibilidad por su reducida distancia respecto al nuevo aeródromo. Para compatibilizar la operación sería necesaria una coordinación operativa por parte de control de tránsito aéreo. Las aproximaciones a las cabeceras [del aeródromo previsto] estarían condicionadas a las de la pista 5 de Getafe”, recoge el Plan Director de la infraestructura, que absorbería la aviación corporativa de la región. Una empresa privada se encargaría de su gestión por 40 años tras una inversión de 230 millones de euros.
“Debido a la proximidad entre ambos aeródromos existirá incompatibilidad entre las operaciones de salida de la pista 23 de Getafe y pista 11 del Suroeste, lo cual requerirá una coordinación ATC [siglas en inglés de air traffic control]”, señala el informe técnico, esto es, que los controladores se tendrán que coordinar. También se detalla que en las salidas por la pista 29 del Aeródromo del Suroeste “existirá margen para establecer una separación por procedimientos estándar, aunque existan puntos de confluencia”.
Respecto a las llegadas a la base aérea de Getafe —gestionada por el Ministerio de Defensa al igual que la de Torrejón de Ardoz y la de helicópteros de Colmenar Viejo (del aeropuerto de Barajas se encarga AENA) y caracterizada por la falta de vientos y ser compatible con el resto de aeródromos y aeropuertos presentes en la región—, la fase de aproximación “queda muy próxima a la posición del nuevo aeródromo y por tanto presentará incompatibilidad de procedimientos, sobre todo con las aproximaciones a la pista 29 y las salidas de la pista 11 del Suroeste”, prosigue el documento, que en otro apartado afirma que se “produciría un cruce de trayectorias con parte de los procedimientos instrumentales” de El Álamo. “El grado de independencia entre las operaciones de ambos aeródromos será bajo”, remacha. “Está claro que existen imcompatibilidades de las que advierten los técnicos que han elaborado el Plan Director. Habría que ver si son solucionables”, observa Loreto Ruiz de Alda, diputada regional de UPyD.
El Gobierno regional resta importancia a los apuntes de los técnicos que elaboraron el proyecto, donde se destaca a su favor el número “reducido” de operaciones en Getafe, por lo que “la coordinación de tráficos no sería complicada y tendría poca incidencia en la capacidad del nuevo aeródromo”. “Entre todos los aeropuertos tiene que haber una coordinación operativa, es decir, que exista una coordinación entre sus vuelos si sus rutas de despegue o aterrizaje se cruzan, algo que ocurre en la mayoría. No significa que sean incompatibles, solo que sus rutas se cruzan y que los controladores deben gestionar las rutas”, exponen en el Gobierno regional.
Para reforzar sus argumentos ponen como ejemplo “la coordinación” entre Barajas y Torrejón, con abundante tráfico aéreo y situados a menos de cinco kilómetros, o entre ambos y la base de Getafe, cuyas rutas de entrada y salida se cruzan a pesar de estar a más de 20 kilómetros. Las rutas de Cuatro Vientos y Getafe se cruzan a menos de 10 kilómetros y operan también sin problema. Fuera de Madrid se pone como ejemplo de buena vecindad al aeropuerto de Menorca y el aeródromo de San Luis, separados por 2,8 kilómetros. "El Plan Director ha tenido en cuenta las servidumbres aéreas de todas las instalaciones de la región. Es un proyecto compatible con el espacio aéreo de Casarrubios y Getafe", insisten en la Comunidad. Así lo contempla el acta de la Ponencia de Navegación Aérea de la Comisión Interministerial entre Defensa y Fomento (CIDEFO) de mayo de 2011, donde informaron a favor tanto por parte del Ejército del Aire como por parte de AENA.
El Plan Director también establece la necesidad de contar con una serie de frecuencias en banda aeronáutica “para ofrecer el servicio de tránsito aéreo, tanto de aeródromo como de rodadura, dentro de los volúmenes definidos”, que según las previsiones iniciales serían de 50.000 vuelos anuales y de 100.000 20 años después. Entre las frecuencias requeridas se reservarían varias militares. “El hecho de reservarlas tiene importancia por la proximidad de la Base Aérea de Getafe y por el posible uso del aeródromo en emergencia o como alternativo”, apunta el escrito.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.