Vicenç Altaió se despide de la dirección del Arts Santa Mònica
El gestor realiza balance de los cinco años de mandato junto al consejero Ferran Mascarell
Vicenç Altaió utilizó ayer durante la rueda de prensa de despedida, después de cinco años al frente del Arts Santa Mònica, los 51 libros editados, la mayoría catálogos de otras tantas exposiciones, para visualizar la labor realizada. Junto al consejero de Cultura de la Generalitat Ferran Mascarell, Altaió repasó las exposiciones, los visitantes, las noticias publicadas, las producciones y los videos realizados estos años. Satisfecho por la etapa que cierra, aseguró —sin ahorrar críticas a la consejería— que ha vivido grandes dificultades durante su gestión, como la pérdida de los servicios de publicidad y atención al público, así como de las jornadas del martes y el domingo, y la ausencia de proyectos internacionales, todo sumado a la bajada de presupuesto desde los 2,4 millones de euros a los 910.000 de este año.
Mascarell, por su parte ha querido dejar claro que el Arts Santa Mònica ha de cambiar ante un panorama en el que existen otros proyectos como la Fabra i Coats, la puesta en marcha del Convent dels Angels del Macba y el despliegue de la Red de Artes Visuales. “Estos cargos son así”, le dijo el consejero a Altaió que le ha recordado que hace dos años él lo ratificó en el cargo. Mascarell ha reclamado confianza en el nuevo proyecto que convertirá el centro en un espacio de creatividad en el que no habrá exposiciones históricas y que dirigirá, hasta la convocatoria de un concurso, Conxita Oliver, para el que ha reclamado a todos “al menos de 90 días de gracia”.
Altaió, que ha recibido una oferta por parte de Mascarell para seguir vinculado con la consejería se tomará dos meses de descanso, y posteriormente deberá decidir si acepta este cargo, que entre ambos han pactado de mantener por ahora en secreto.
Comisión de Cultura
Fue un día intenso para Mascarell relacionado con el Arts Santa Mònica. Por la mañana, en la Comisión de Cultura del Parlament los grupos le preguntaron por el nuevo rumbo del centro. También por la liquidación del consorcio de La Casa de las Lenguas (Linguamón), que iba a tener la sede en Can Ricart. Según el consejero, era un “centro sobredimensionado” que ha terminado “como consecuencia de la crisis”. El PP le reprochó los 40 millones gastados en el proyecto, y sobre todo los 22 que envió el estado central. “Todo el dinero gastado está justificado”, respondió Mascarell.
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