El aeropuerto de Castellón afronta la inspección con obras por hacer

Técnicos de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) han iniciado este jueves la inspección física del aeropuerto de Castellón, uno de los últimos pasos de cara a obtener la certificación que permitirá abrir la instalación. La visita se hace, no obstante, con una deficiencia que impide todavía dar el visto bueno: las calles de rodaje (la conexión entre la pista de aterrizaje y la plataforma donde deben parar los aviones) son pequeñas.

Esta deficiencia, que no se ha subsanado a más de dos años de que el aeropuerto se inaugurara, impide que pueda ser certificado para el aterrizaje de aviones tipo 4-D, que son los que quiere la sociedad del aeropuerto, Aerocas, y que supone tener unas pistas más grandes para acoger aparatos de 52 metros de envergadura y dos pasillos. Es una obra que todavía falta por realizar después de que el pasado año se ejecutara la ampliación de la plataforma de viraje. Un error de cálculo que impidió e impide a día de hoy que AESA pueda certificar el aeropuerto tal y como lo quiere Aerocas.

Así lo manifestaron varios técnicos en el juicio celebrado el pasado martes en Castellón. Guillermo Vich, jefe de asistencia técnica a la dirección de la obra del aeropuerto, reconoció que las calles de rodaje no son aptas para los aviones 4-D. “La instalación no cumple la separación entre el borde de las ruedas y el borde de la calle”, dijo. Preguntado sobre si la subsanación de este error es “imprescindible” para la certificación respondió que sí y aseguró que “hoy en día no se ha hecho la calle de rodaje”. “El arreglo de la pista es esencial”, apuntó.

Este técnico reconoció además que, pese a que Aerocas había aceptado la recepción provisional de las obras, se realizaron después “montones de puntos de no cumplimiento” de la instalación. De la misma forma se pronunció Francisco Martínez, que dijo estar al frente del equipo de supervisión del aeropuerto. “Cualitativamente (la obra) nos impide alcanzar el éxito”, dijo.

Desde el Consell explican que un reciente auto judicial les permite utilizar los cuatro millones de euros que la exconcesionaria dejó como aval para ejecutar estas obras. El proceso tardará, puesto que el consejo de administración debe aprobar la obra y realizar una contratación.

Mientras, la exconcesionaria, que ha llevado al aeropuerto a los tribunales, sostiene que tal y como está el aeropuerto puede certificarse para aviones más pequeños (de 36 metros de envergadura) y sólo para uno tipo D, el Boeing 757-200. Es decir, para que la instalación se pueda abrir antes, el gobierno valenciano debería escoger utilizarla para aparatos más pequeños. Algo que quedó descartado durante el juicio.

Por su parte, el jefe de división y supervisión de AESA, Juan Cruz, explicó que la inspección física que comienza este jueves es uno de los últimos requisitos para dar los permisos. “Acudimos porque consideramos que la documentación ya está aceptada”, manifestó.