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Una nube de mariposas se adueña del cielo de Madrid

La abundancia de estos insectos, parecidos a las polillas, es por su migración y las lluvias Son inofensivas y en cuatro días se habrán ido, dicen los expertos

Dos mariposas plusia, en una ventana esta mañana.
Dos mariposas plusia, en una ventana esta mañana. GORKA LEJARCEGI

Una nube de mariposas de color marrón y de entre dos y cuatro centímetros recorre estos días Madrid. Posiblemente las haya visto posadas en el parabrisas de su coche, en la entrada de su casa, en su salón o batiendo las alas en algún parque. Pero no se asuste: no son peligrosas; si acaso molestas por el ruido de sus alas o por su gran tamaño. Tampoco son polillas. Se parecen, pero son mariposas plusia (Autographa gamma). Y están de paso por distintos puntos de la meseta.

Salieron hace unos días del norte de África y llegarán a los países escandinavos en apenas cuatro días, según informa José Jover, subdirector general de Salud Madrid del Ayuntamiento de la capital. Aunque lo parece también, no se trata de una plaga, porque son inofensivas. Su presencia en España responde a su ciclo migratorio.

Otro ejemplar de esta mariposa parecida a una polilla.
Otro ejemplar de esta mariposa parecida a una polilla.

El Ayuntamiento ha recibido siete avisos en la zona de Vallecas por aglomeración de este tipo de insecto. "Si ahora hay más es por la humedad", explica Jover, que asegura que no representan ningún peligro para la salud ni tampoco para la ropa ni los textiles. "Por eso no son polillas", precisa. En declaraciones a Europa Press, el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en el Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona, Roger Vila, añade otro factor al meteorológico: están en plena una explosión demográfica.

Según Vila, no solo hay mariposas plusia o de los cardos, sino también nocturnas y catalocas, todas ellas inocuas y que tienen carácter migratorio. En el caso de la primera, se la distingue por tener dibujado en color blanco una especia de letra gamma en cada ala mientras que las otras presentan alas interiores rojas o amarillas. Además, debido a las abundantes lluvias, las polillas autóctonas se han alimentado mucho y han crecido más de lo debido en su fase de crisálida.

Este lepidóptero ya estuvo aquí en 1997. Y ayer, sin ir más lejos, en clase de Alejandro Quilón, profesor de Lengua en el instituto Gómez Moreno, en el distrito de San Blas. Estaba explicando la materia cuando "una flota de polillas, unas 15, hicieron del aula su territorio". Sus 40 alumnos armaron un "importante" revuelo, dice. "Unos alumnos las miraban embobados, otros se levantaron horrorizados y corrieron a un rincón. No había manera de dar clase, los alumnos estaban a las polillas", afirma. Después de acabar con algunas de ellas a librazos y de espantar al resto, acabaron cerrando las dos ventanas de la clase cuando en la capital las temperaturas superaban los 30 grados.

El aleteo de este insecto ha provocado un auténtico zumbido en la red social Twitter. Perturbación. Asco. Resignación. O preguntas acerca de qué spray es mejor. Sobre este último punto, el subdirector general de Salud Madrid aconseja que no se caiga en un uso indiscriminado de insecticidas ya que eso "si entraña un riesgo para la persona".

También la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA) ha advertido del riesgo que supone el "uso excesivo e inadecuado" de insecticidas en ámbito domésticos para combatir la proliferación de mariposas. "Puede acarrear riesgos para salud como intoxicaciones, alergias o erupciones en la piel. Estos productos son si cabe todavía más peligrosos, puesto que en muchas ocasiones no leemos las instrucciones de uso o directamente las ignoramos", advierte la presidenta de ANECPLA, Santa Gil, en un comunicado. Frente al matamoscas, hay otros métodos. Por ejemplo, echarlas de la casa y encender una luz fuera (les atrae la luz ultravioleta). O esperar a que se vayan... en cuatro días.

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