Un constructor admite que facturó al Palau las obras en casa de Millet
Vidal dice que confió en la “honorabilidad” del expresidente La empresa construyó un auditorio, reproducción a menor escala del Palau
Un constructor admitió ayer ante el juez que facturó al Palau de la Música 910.000 euros por unas obras que, en realidad, hizo en el domicilio particular de Fèlix Millet, en l’Ametlla del Vallès. En su declaración como imputado, Emilio Vidal, administrador de la empresa Triobra, dijo que modificó el concepto de las facturas por indicación del que fue número dos y mano derecha de Millet al frente de la institución musical, Jordi Montull.
Vidal, que declaró durante una hora por un presunto delito de falsedad documental, dijo que su contacto en esos trabajos fue siempre Montull. Éste le dijo que debía facturar al Palau porque la institución tenía una deuda pendiente con Millet que, de esa forma, quedaría salvada. El constructor afirmó que nunca dudó de la legalidad de esa maniobra, entre otras cosas, porque confiaba en la “honorabilidad” del expresidente del Palau. Como ejemplo, ha indicado que Millet había sido galardonado por distintas administraciones y que a la sazón estaba a punto de recibir la Medalla de Oro de la Ciudad de Barcelona, detallaron fuentes judiciales.
Las obras en la mansión de l’Ametlla consistieron en la construcción de un auditorio junto a la escala. El auditorio es una reproducción, a pequeña escala, del edificio del Palau de la Música. El sótano alberga un gimnasio y una piscina climatizada.
El administrador de Triobra cargó la mayor parte de los trabajos a la fundación del Palau, mientras que otras fueron a cargo del consorcio del Palau, la entidad que vehiculaba las ayudas de las administraciones públicas.
Vidal ya declaró como imputado ante el juez del caso Palau en relación con unas anotaciones —incluidas en la documentación incautada en el Palau— que vinculaban las siglas de otra empresa suya (GPO) con el presunto pago de comisiones a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) a cambio de la adjudicación de obra pública. El juez archivó la causa después de que un informe de la Agencia Tributaria descartara la relación entre las siglas GPO que constan en la documentación y la empresa GPO Ingeniería que Vidal administraba. En un informe, la policía subrayó que una de las posibilidades es que GPO aludiera a “guanys per obres” (ganancias por obras), aunque el significado de esas siglas sigue siendo uno de los secretos mejor guardados del caso.
La Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), que ejerce la acusación popular, recurrió el archivo y la Audiencia de Barcelona obligó a reabrir la causa contra Vidal, pero solo en relación con las obras en casa de Millet. La Audiencia consideró que, además de la falsedad, Vidal pudo haber incurrido en un delito de apropiación indebida —por colaborar con Millet para el desfalco— y malversación de caudales públicos, ya que parte del dinero con el que se pagaron las obras de la mansión de Millet era de procedencia pública.
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