Vyvy quiere bailar
Michèle Nguyen recrea su infancia entretejiendo realidad y ficción con hilo de plata
![Javier Vallejo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F3ca20f15-4455-4376-a814-76f2b0e2040f.png?auth=2e861be1b4464218e583575e7b7522a7b5a415586baf38a0f1c161d34793c6a3&width=100&height=100&smart=true)
![Un momento del montaje 'Vy'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/UIHZ4JMXINPKVLYK6GJLQ5EXP4.jpg?auth=4cdc62f65b8ce4b92a22d846ce45a7d2991895148f6e40a98c4118653c62fd13&width=414)
Un espectáculo hermoso, sencillo, sensible, emanación exacta de su autora, que cosechó el premio Molière (el Max francés) a la mejor función para público joven estrenada en 2011, y el premio de la crítica belga al mejor solo del año. En Vy (“bichito insignificante”, como la llamaba papá, cariñosamente), Michèle Nguyen, hija de vietnamita y belga, cuenta episodios de su infancia o los recrea con una marioneta, que es ella de niña, cuando quería bailar y su abuela la apuntó a clases de piano, pero cerró con llave el de casa: “El profesor me dibujo el teclado en un rollo de papel, y todos los días lo extendía sobre el piano cerrado, para ensayar la lección”, dice mientras despliega en el aire el papel invisible y pulsa el teclado imaginario silenciosamente.
Vy
Autora e intérprete: Michèle Nguyen. Traducción: María Teresa Cuartero. Creación de la marioneta: Alain Moreau. Luz: Nathalie Borlée et Morane Asloun. Dirección: Alberto García Sánchez. Teatro Valle-Ínclán, sala Nieva. Del 31 de mayo al 2 de junio.
La niña de Nguyen nos habla de un pájaro enjaulado cuyo canto le daba alas; de su padre, que tomó rumbo desconocido; de mamá, que, perdido el norte, fue enviada al hospital La Rosa de los Vientos; de unos médicos que le diagnosticaron problemas de equilibrio y de orientación espacial; de las figuras antropomorfas que intuía en las costras que se le formaban en las rodillas, de tanto caerse; de su abuela Marga, cuyo nombre le calzaría mejor con una “A” delante, y de un hombre que se le declaró regalándole un libro lleno de pájaros y una canción de cuna.
Vy entreteje realidad y ficción con hilo de plata, y respira una honestidad que ni se huele en otros espectáculos hechos con ingredientes parecidos. Más que narradora, Nguyen es una coreógrafa de la palabra y de los silencios, y su trabajo, una sucesión de delicados pasos a dos entre ella y el cuerpo de la marioneta, entre el yo y sus fantasmas. Estrenado en 2011 en lengua francesa, Vy se representa ahora en castellano sin merma de calidad. Nguyen nos atrapa en nuestro propio idioma desde que sale a escena y, aunque hay algún momento donde la curva de interés baja, pronto remonta, para acabar emocionándonos de veras.
Sobre la firma
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