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opinion
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Qué déficit presupuestario?

Hay que racionalizar el reparto del límite de déficit y evitar los argumentos demagógicos

Escribo este artículo al inicio de una semana en la que están previstas tres reuniones que pueden ser decisivas para estos temas, en Madrid, en París y en Bruselas. Sin conocer todos los resultados, quiero hacer algunas anotaciones para objetivar los problemas planteados, y que veo discutidos con poca racionalidad.

» 1. Reducir el déficit presupuestario. Ya sabemos que la crisis española tiene una dimensión muy importante de endeudamiento privado y también público. Para reducir este, es necesario ir disminuyendo el excesivo déficit presupuestario del Estado y de las comunidades autónomas, que es lo que está generando el crecimiento de la deuda. Si no generas bastantes ingresos tienes que endeudarte para poder pagar, lo que genera más intereses y más déficit… ¡Hay que romper esta dinámica! Hay que aceptar, pues, que se nos imponga este objetivo. Pero una vez aceptado, debemos discutir el ritmo, el cómo y el quién.

» 2. Reducirlo aceleradamente. En Europa han tardado tres años en comprender que intentar unas rebajas demasiado rápidas es maligno, tanto por sus consecuencias sociales (más paro) como porque se contribuye a generar una recesión que disminuye los ingresos fiscales y aumenta el déficit. ¡Lo contrario de lo que se quería! Esto ha ocurrido; España ha incumplido los objetivos 2012 y ha sido necesario reducir el ritmo a uno menos fuerte. La cifra 2013 se fijará esta semana; parece que estará alrededor del 6,3% del PIB.

» 3. Recortar gastos. Hay dos modos de reducir el déficit: aumentar los ingresos y/o disminuir los gastos. Esto queda a criterio de cada Estado (excepto si estás rescatado o intervenido). Tanto el Gobierno español como el catalán han usado más la opción de “recortar”, lo que ha repercutido en los servicios básicos y ha creado mucha crispación social. ¿Por qué no se ha reformado la Administración? ¿Por qué no se ha perseguido el fraude fiscal? ¿Por qué no se han retrasado pagos de inversiones militares? ¿Por qué se ha suprimido el impuesto de sucesiones? ¿Por qué no se han puesto en marcha medidas de estímulo al crecimiento y recuperación del empleo?

» 4. Asimetrías. El punto más caliente en España es ahora el reparto del déficit entre la Administración central y las periféricas. En la discusión hay dos argumentos muy racionales y un tercero totalmente demagógico.

“Argumento Mas-Colell”: Si las comunidades autónomas gastan aproximadamente un tercio del total, sería lógico que su déficit fuera de la misma proporción, es decir, un tercio del total español (un 2,1%). Argumento aceptable, teniendo en cuenta el carácter social del gasto comunitario.

“Argumento Montoro”: Si la Generalitat ha cerrado 2012 con un déficit del 1,9%, no es aceptable que se plantee para 2013 uno mayor, ya que sería ir hacia atrás. Argumento comprensible, si es necesario inspirar confianza a los prestamistas.

“Argumento Monago”: No es justo que Cataluña, que no ha cumplido el objetivo de 2012, sea premiada con un trato más favorable que los que se han esforzado y lo han cumplido. Es indigno que se atrevan a usar este argumento comunidades que sí han cumplido, pero en gran parte gracias a las transferencias de fondos que reciben cada año desde Cataluña y de otras regiones, sobre todo mediterráneas. Ayer se lo dejó bien claro a Monago el presidente de Murcia (PP). Si queremos que sea todo simétrico, ¿vamos a suprimir la existencia de comunidades con déficit fiscal y otras con superávit?

Añado otro “propio”: Desde fuera se está observando con atención lo que está pasando en Cataluña, porque se sabe que, por su especialidad en exportaciones industriales y por su importancia turística, Cataluña debe ser una de las locomotoras de la recuperación española, y hay que asegurar que tenga combustible.

» 5. Conclusiones. Espero que la reunión de París sea un primer paso hacia la rectificación y suponga medidas de crecimiento dotadas de más fondos. Espero que la reunión de Bruselas fije de una vez el techo de déficit español en el 6,3% de PIB, y se “aconseje” al Gobierno las reformas necesarias. A pesar del fracaso de la reunión de Madrid, espero que se llegue a una síntesis racional, y se fije para Cataluña una cifra en la horquilla 1,9-2,1 Para ello habrá que hacer callar algunas voces de presidentes, sea por convencimiento, sea por imposición, cediéndoles el Gobierno central una parte del 4,2% que él se reserva. ¡A ver si se acaba!

Joan Majó es ingeniero y exministro.

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