Un informe de los Mossos pide mantener el uso de pelotas de goma

Un informe de los Mossos pide normas "más clarificadoras" para dotar a la policía de una "mayor eficacia en la prevención del desorden" y advierte de que eliminar las pelotas de goma del material antidisturbios supondría romper el "equilibrio" del uso de la fuerza de forma "progresiva y escalonada" en el actual modelo de gestión del orden público.

El informe, titulado La gestión del orden público en Cataluña, ha sido elaborado por el Departamento de Interior como "informe técnico" para la comisión de estudio sobre el uso de pelotas de goma creado en el Parlament tras el caso de Ester Quintana y en la que comparecerá el consejero de Interior, Ramon Espadaler, el próximo miércoles.

El informe, al que ha tenido acceso Efe, quiere "ofrecer" a la comisión parlamentaria "un informe amplio y detallado de todos los elementos y variables que tendrían que intervenir en la elección de los diferentes instrumentos y técnicas empleadas por parte de las unidades especializadas en la gestión de los desórdenes públicos".

En el trabajo se indica que es "imprescindible el uso de medios coercitivos por parte de la policía"

Aunque en sus conclusiones el informe reconoce que el modelo de orden público "ha de tender a conciliar la propia eficacia con la aceptación ciudadana", defiende que es "imprescindible el uso de medios coercitivos por parte de la policía" y argumenta que la unidad antidisturbios de los Mossos "ha evolucionado para adaptarse a los cambios sociales".

El informe concluye que todo el material antidisturbios "tiene un sentido en su conjunto, basado en un equilibrio que comporta su aplicación progresiva y escalonada". "La eliminación de alguno de estos instrumentos altera esta progresión y este equilibrio, que se tendrá que restablecer mediante nuevas modificaciones en este ámbito", añade.

Tras indicar que el actual marco legal regula la actuación policial cuando ya se ha consumado el desorden y que ello condiciona la actuación de los agentes, el informe recuerda que en otros países con antecedentes en disturbios "se han dotado de un marco jurídico más clarificador". "Este desarrollo normativo dota a la policía de herramientas para poder actuar con mayor eficacia en la prevención del desorden", sugiere el informe.

Los redactores del documento explican que "es conveniente" saber que "la elección de instrumental policial está en estrecha relación con aspectos más genéricos como son la elección del modelo de orden público o el propio modelo básico policial".

"Estos modelos -explica el informe- tienen su origen en el contexto legal y social de un Estado, y ha de tener muy en cuenta el tipo de sociedad civil que lo forma". El informe, de 111 páginas y que describe desde la legislación hasta el protocolo de utilización gradual de la fuerza policial, se ofrece a la comisión como "base técnica para valorar la gestión del orden público" y para "ayudar a decidir cuál ha de ser el modelo policial de orden público catalán en un futuro, y con qué instrumento se tiene que dotar la policía para garantizar el libre ejercicio de los derechos y libertades de todos los ciudadanos".

El informe analiza factores ambientales, sociales, organizativos, los factores conductuales-psicológicos y los ideológicos, en los que pide que se considere "la dimensión simbólica, las influencias de planteamientos ideológicos que refuerzan perspectivas no tolerantes y que menosprecian las condiciones de convivencia democrática".

Tras recordar los tres principios básicos de la actuación policial: "congruencia, oportunidad y proporcionalidad", el informe describe y compara los modelos policiales de orden público en otros países europeos. En el caso de Cataluña y España, por ejemplo, no se utilizan tanquetas de agua o perros en los disturbios, como sí hacen otros países europeos.

También hace un repaso del contexto histórico en grandes manifestaciones en Europa y detalla, por ejemplo, las consecuencias que tuvo la jornada de huelga del 29 de marzo de 2012 en Cataluña: 300 contenedores quemados, 29 autobuses y 47 furgonetas policiales dañadas, 25 bancos y comercios dañados, 113 detenidos, ocho encarcelados, y un centenar de heridos, 44 de ellos policías.