Unos 800 escolares acabarán el curso reubicados por riesgo de sus centros

Cuando los alumnos de tercero de Primaria (nueve años) del CEIP Juan Carlos I de Almenara entran a clase, lo primero que tienen que hacer es dejar las mochilas en los pasillos. No hay espacio suficiente en las aulas ni para hacer los exámenes correctamente. “Han tenido que hacer uno en el patio”, explica Ana Cardona, presidenta de la AMPA. Este centro es uno de los seis colegios de la Comunidad Valenciana cuyos desperfectos han obligado al traslado urgente de los alumnos por el riesgo del mal estado de las aulas. Más de 800 escolares acabarán las clases de este curso en aulas provisionales, espacios adaptados en otros centros o barracones. Son soluciones de urgencia que han agravado el enfado de los padres tras años de denuncias.

En el centro de Almenara se ha reubicado a unos 350 escolares. “Algunas clases se están dando en trasteros”, critica Cardona. El colegio había denunciado “temblores y vibraciones” al director territorial en 2003. En 2007 se pidió una revisión de las instalaciones y en 2009 la AMPA comunicó su “preocupación” por la seguridad de sus hijos. Sin embargo, no se inspeccionó hasta la primera semana de abril y después de que la Consejería de Educación iniciara una campaña de control de los colegios más antiguos a raíz de que el suelo del CEIP Hispanidad de Santa Pola se derrumbase causando diez heridos. Lo que se vio en el colegio obligó al desaojo urgente de los menores. “Todavía estamos esperando que hagan el informe para saber si el centro tiene o no aluminosis, como llegaron a decir”, indica Cardona.

El curso escolar ha estado marcado por las deficiencias de las infraestructuras. La lista de siniestros la abrió el Carlos Sarthou de Vila-real. El techo de un edificio anexo al colegio se desplomó y hubo que desalojar urgentemente a los estudiantes. Unos 120 alumnos terminarán el curso en barracones. “Hemos tenido que rehabilitar el patio del colegio y alquilar barracones”, explica Rosario Royo, concejal de Educación.

En Almenara critican clases en trasteros y exámenes en el patio

La Vall d’Uixó es hasta la fecha el último municipio afectado. Los escolares de Nuestra Señora de la Asunción tuvieron que abandonar sus aulas después de que cayera parte del falso techo. El centro también llevaba años avisando de las filtraciones y goteras. “Hemos pedido al Ayuntamiento que nos pasen todas las peticiones de reforma que hemos hecho durante los últimos 15 años”, dice Marta Salvador, representante de las familias. “Se decidió el traslado de Infantil y Primaria a otros centros sin contar con la opinión de los padres”, lamenta. Salvador asegura que la adaptación de los niños ha sido buena pero apunta a otros problemas. “¿Alguien ha mirado por la situación de los niños de los centros que hemos ocupado? ¿Se cumple el protocolo de seguridad?”, se pregunta.

La presidenta de la AMPA destaca que se ha reubicado a 164 niños de Primaria en un centro en el que estudian apenas cien. Otros cien de Infantil se han recolocado en otro edificio. “Les hemos quitado un aula de música, la biblioteca, etc. Los hemos invadido”, dice. Salvador agradece el gesto, pero no quiere que las condiciones se prolonguen y avisa de que hay padres que ya están pensando en pedir otros centros para el próximo curso. Todo dependerá del informe que Educación entregue sobre las causas del desprendimiento.

En Alicante, otro centenar de estudiantes acabará el curso en aulas provisionales después del hundimiento del suelo de una clase. “El nuevo centro se ha adecuado como se ha podido”, dice Julieta Alaguero, representante de los padres. La Consejería de Educación ha anunciado que demolerá el edificio. El mal estado del Hispanidad se trasladó oficialmente en 2010 en el listado que cada año realiza la Confederación Gonzalo Anaya sobre deficiencias en las escuelas e institutos valencianos. Este año redujeron la lista al mínimo para que la administración actuara. En ocho centros los problemas comunicados son por el mal estado de las infraestructuras. Educación no ha respondido si ha realizado inspecciones o reformas en ellos.

El Lluís Vives y Cervantes, ambos en Valencia, cierran el listado de siniestros en las escuelas, pero allí los estudiantes ya han retornado a sus aulas con cierta normalidad. La consejera de Educación, María José Català, anunció la pasada semana, a preguntas de EU, que realizarán “en breve” 111 inspecciones de centros educativos.