Un partido entre la tranquilidad y la vida

Hay dos intereses contrapuestos hoy en juego en San Mamés, propios de las últimas jornadas de Liga. Al envite acude el Athletic con la pretensión de abrazar la tranquilidad de la permanencia de una vez por todas, mientras enfrente llega un Mallorca que se juega prácticamente la vida porque tiene durante demasiado tiempo la soga al cuello.

A una hora inusual, cuatro de la tarde, empezará este partido para el que Bielsa parece haberse conjurado en una terapia colectiva durante la semana en Lezama. Así se desprende del cántico que hizo dentro de sus reflexiones en público hacia la recuperación de su equipo por la senda del convencimiento y de la victoria, consciente de que ambas exigencias se viene echando demasiado de menos en la grada del estadio bilbaíno durante esta penosa temporada.

Por encima de la cuestión de los números, que todavía reflejan esos 38 puntos inquietantes, el juego desplegado en los tres últimos partidos frente a Deportivo, Barcelona y Celta, saldados con sendos empates, invita, no obstante, a un moderado optimismo. Pero no se vive de sensaciones y mucho menos cuando empieza a librarse la suerte definitiva.

La única novedad en el equipo será el regreso de Herrera, sancionado en Vigo, para jugar en la posición de volante ofensivo en lugar de Ander Iturraspe. Gregorio Manzano, en cambio, está obligado a los cambios por las ausencias de Antonio López y Pedro Bigas. Eso sí, es probable que reaparezca Joaquín Navarro Ximo en el centro de la zaga tras varias semanas en el banquillo de los suplentes. Consciente de su extrema debilidad, el Mallorca sabe que su vida pasa por puntuar en su despedida de San Mamés.