Música sublime

La valoración en ascenso de la música de Anton Bruckner no da respiro. Lo de las divinas longitudes, o la extrema dificultad, de una gran parte de sus obras ha quedado en un segundo plano frente a la fuerza persuasiva de una música contemplativa, incluso un punto mística, pero de una capacidad de fascinación que roza permanentemente lo irresistible.

La Misa nº 3 en fa menor es una composición sinfónico-coral magistral y también un desafío de gran calibre para sus intérpretes. Ros Marbà se dejo el alma para estar a la altura de las circunstancias, y consiguió crear una de esas atmósferas en la que todo el mundo se contagia del que está al lado, y al final se crearon flujos de realimentación positiva que confluyeron en una lectura concentrada, bien armada, con sutileza y una profunda espiritualidad.

Todo iba a más y en el Benedictus o en el Sanctus el magnetismo emotivo corría paralelo a la homogeneidad en la realización. El Coro, reforzado de 48 a 65, salió airoso de la prueba consiguiendo momentos de brillantez y recogimiento; la orquesta se mostró compacta y luminosa, y los solistas vocales se integraron con generosidad y sentimiento en una labor de conjunto admirable. Hay que reconocer la sólida labor de Jordi Casas en la conjunción coral, pero en esta ocasión el gran artífice de este pequeño milagro fue Antoni Ros Marbà, un director que por encima de todo, como afirma el compositor García Abril, es un gran músico, y que siente además en esta música la herencia de su admirado Celibidache.

El público vibró y repartió “bravos” con convicción a unos y otros. Bruckner, una vez más, nos ha cautivado.

MISA Nº 3 EN FA MENOR. De Anton Bruckner. Sinfónica y Coro de RTVE. Director: Antoni Ros Marbà. Con Raquel Lojendio, Marina Pardo, Juan Antonio Sanabria y Marco Vinco. Teatro Monumental, 3 de mayo

Anton Bruckner