El Supremo confirma 20 años de cárcel para el joven que descuartizó a su madre
El condenado y su novia arrojaron a un vertedero el cuerpo de la víctima en 2006
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo (TS) ha confirmado este viernes la pena de 20 años de cárcel para un joven acusado de matar y descuartizar a su madre en Segur de Calafell (Baix Penedès) en agosto de 2006 con la colaboración de su novia, condenada a 11 años de prisión.
El Supremo ha rechazado el recurso de casación interpuesto por la defensa del acusado, Víctor Alarcón, quien tenía 21 años años cuando ocurrió el crimen. Su defensa ya había apelado con anterioridad la sentencia de la Audiencia de Tarragona ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), que también rechazó el recurso. Así, el Supremo ha rehusado aplicar a Alarcón los atenuantes de confesión y el de alteración psíquica por consumo de alcohol o drogas. Además, el Supremo destaca en la sentencia la “máxima gravedad” del crimen dada la “extraordinaria violencia” empleada por Alarcón al descuartizar y quemar los restos de su propia madre, Carolina Ortiz, de 46 años, cuyos despojos a continuación habría acabado arrojando a un vertedero.
Según se recogió en la sentencia de la Audiencia de Tarragona, emitida el 22 de diciembre del 2011, Alarcón y su entonces pareja, Gemma Olaria, quien contaba con 19 años, convivían en el domicilio de la madre del joven hasta que una tarde de entre finales de agosto y principios de septiembre de 2006 se desencadenó un altercado en la cocina. Alarcón tiró al suelo a su madre y la agredió con un destornillador. También le produjo heridas con un cuchillo que le había alcanzado Olaria instantes antes. La madre, quien pudo incorporarse, acudió al cuarto de baño, donde permaneció un rato fumando mientras intentaba disuadir a su hijo. Después logró acceder a su habitación, pero empezó a tener convulsiones a causa de las heridas. Fue entonces cuando, según recoge la sentencia, los dos acusados la degollaron.
Al día siguiente la pareja decidió descuartizar, para después quemar en la chimenea, el cuerpo de la víctima. Tras introducir los restos en bolsas de basura, condujeron hasta la parte alta de la montaña de Cunit y acabaron arrojando los despojos a un contenedor de basura. Después abandonaron el vehículo en un descampado cerca de la estación y ambos volvieron en tren a Segur de Calafell donde en los días posteriores se dedicaron tanto a limpiar como a pintar el piso. El 6 de septiembre la pareja fue a denunciar la desaparición de la madre, cuyos restos no han podido ser hallados.
La sentencia de la Audiencia de Tarragona confirmó también que Alarcón era consumidor habitual de alcohol, cannabis, cocaína, drogas de diseño y psicofármacos, mientras que su novia había vivido en un centro de menores y con una familia de acogida, hasta que al cumplir los 18 comenzó su relación. Además de la pena de cárcel la sentencia impuso al condenado no poder acercarse a menos de 500 metros a cuatro de sus familiares durante 25 años, y el juez impuso una multa de 240 euros a su novia por un delito de estafa. Sin embargo, el fallo los absolvió del delito de profanación del cadáver.
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