‘La caja’ guarda innovaciones teatrales
El estreno de Michel Clement en el teatro Lara descubre técnicas actorales como Suzuki y los ‘Viewpoints
En principio puede parecer un estreno más, aunque se trate de una obra que triunfó en Francia y varios países más. De hecho, las cuatro únicas representaciones de La caja, de Michel Clement, en el teatro Lara (del 16 al 19 de abril), no tendrían por qué ser ningún acontecimiento excepcional en una ciudad repleta de interesantes actividades escénicas. Pero si se hurga un poco más nos encontramos varias sorpresas. Por lo pronto, nos descubre nuevas técnicas de formación actoral, que no vienen a sustituir a métodos como el de Stanisvlavski o Grotowski, pero muestran innovadores caminos como los entrenamientos de Suzuki y los Viewpoints (puntos de vista).
Los lleva a cabo Gabriel Olivares, director de este montaje, y los actores del TeatroLab. Llevan casi un año entrenándose y nueve semanas ensayando. En la síntesis de su trabajo hay un objetivo por encima del resto: “Que no sean intérpretes, sino que actúen su propio presente; este es un entrenamiento bastante exigente, y los que lo practican deben estar pensando en su cuerpo y emociones, y al tiempo actuando”. Olivares (y los actores) tienen claro que aquí no se puede tener ego: “Aquí se comparte el personaje”, dice en referencia a que el reparto cambia todos los días. “Lo bueno es encontrar tu voz dentro de la dinámica de grupo; si alguien interpreta o se desconecta y deja de estar en el presente, se le nota inmediatamente”, añade de este entrenamiento, que según dice funciona para cualquier actor y obra, ya sea de vanguardia o un divertido vodevil, como es el caso.
El Suzuki y los Viewpoints son técnicas que, por momentos, pueden recordar a las artes marciales o el teatro griego de hace más de 2.000 años. Olivares advierte que aunque parezca, y lo parece, que los actores están muy quietos, es una percepción exterior: “En el centro de gravedad están a 100 por hora, hay una gran energía”. La que manejan con el Suzuki tiene que ver con el taichí, el yoga, el flamenco, con la energía animal... “Es una energía que despertamos a través de las emociones, una filosofía de trabajo en la que el compromiso con el presente trasciende la interpretación”, explica de este entrenamiento, habitual en respetados grupos como el francés Théâtre du Soleil de Ariane Mnouchkine, el danés Odin Teatro de Eugenio Barba o los seguidores del maestro Grotowski.
Los Viewpoints proporcionan una herramienta al actor para que no sea un intérprete, para encontrar puntos de vista escénicos y que en un tiempo récord se tenga una nomenclatura para trabajar, y el actor entienda así que todo en el hecho teatral es igual de importante. Son técnicas distintas de la Suzuki, cuyo trabajo es vertical, del actor consigo mismo.
Olivares recuerda que, en el teatro occidental, el texto está arriba, luego el director, luego actores, espacio escénico… “Aquí todo vale lo mismo, todo se hace desde la creación”. Sus actores añaden: “El texto es lo último que se introduce, antes investigamos el movimiento; es un proceso laborioso, más lento que el del teatro convencional, cada ensayo es una exploración, pero los resultados están siendo sorprendentes”. Ellos son César Camino, Javier Martín, Fran Nortes, Daniel Gallardo, Irene Arcos, Leticia Etala, Bart Santana, Nacho Diago, Mar del Hoyo, Mónica Vic, Eva Higueras, Joseba Hernández y Fran Calvo. Interpretarán a siete personajes en 42 combinaciones.
Los Viewpoints surgieron de la bailarina estadounidense Marie Overlie en los años sesenta, y los ha desarrollado la directora escénica Anne Bogart. Ambas desestructuran el hecho teatral en espacio y tiempo. Bogartt y Tadashi Suzuki han fundado la SITI, donde lo ponen en práctica.
La caja cuenta en su argumento como un joven que tiene que mudarse de casa llama a sus amigos para que le ayuden con tanta caja. Y los amigos llegan… cada uno con sus problemas, sus secretos, sus mentiras y sus cuentas pendientes. Estamos ante la primera obra de teatro del también actor Michel Clement, que resultó un grandísimo éxito en Francia, exportándose con gran impacto a otros países como Italia, Polonia, Argentina... En 2004 Clement adaptó el guión al cine en Le Carton, dirigida por Charles Nemes. La versión española la pone en pie el mismo equipo de dirección y producción (capitaneado por Olivares) de Burundanga, una comedia que lleva dos años ininterrumpidos en la cartelera madrileña. Ahora para este proyecto se ha seguido un entrenamiento duro, largo y con el que cada uno de los que participan ha tenido que asumir un nivel de compromiso importante.
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