Primavera extrema en Barcelona

Los X Games, considerados por muchos como los Juegos Olímpicos del deporte extremo, recalarán por primera vez en Europa y Barcelona ha sido la ciudad elegida. Del 16 al 19 de mayo se celebrará la primera de las tres ediciones de esta cita deportiva que tendrán lugar en la capital catalana. Organizados por la ESPN, cadena norteamericana creadora de la competición. El Ayuntamiento desembolsará aproximadamente dos millones de euros por un acontecimiento cuyo presupuesto ronda los 12 y espera que le reportará a la ciudad una ganancia de unos 126 millones hasta 2015.

Si ESPN, que retransmitirá la competición en 350 millones de hogares de todo el globo,­­ se ha decido a llevarla a orillas del Mediterráneo se debe en gran parte a la propuesta de un del exskater catalán, Javier Fondevila. A partir de ahí, la empresa Seven Marketing recogió el guante y se dispuso a organizarlos. “Barcelona se erigirá como capital mundial del deporte con la llegada de los X Games. En este sentido, eventos como los X Games Barcelona contribuyen a crear riqueza y promocionar nuestra ciudad alrededor del mundo”, dice, exultante, Maite Fandos, teniente de alcalde de Deportes del ayuntamiento de Barcelona. “Los X Games Barcelona traerán a la élite de los atletas de deportes de acción. Tenemos la suerte de poder celebrar los X Games en Barcelona y todos los atletas quieren venir a nuestra ciudad”, asegura Josep María Casanovas, director general de los juegos.

Las grandes figuras del Moto X, Skateboard, BMC y RallyCross se verán las caras en Barcelona y lucharán por las prestigiosas medallas de los X Games en un evento que pretende afianzarse fuera de los Estados Unidos, donde tiene un gran seguimiento, y que en la capital catalana tendrá a más de 300 deportistas repartidos entre las 13 disciplinas de los cuatro deportes representados. “Esta será mi primera prueba después de mi lesión del año pasado y estoy muy emocionado de volver a la acción. La primera prueba internacional a la que asistí fue en Barcelona y estoy encantado de volver”, afirma Nate Adams, uno de los veteranos habituales en la cita y pese a ello sigue expuesto al consustancial riesgo que la competición. “Es tal la libertad que te da éste deporte que no puedes evitar sacar fuerzas otra vez”, cuenta Daniel Peñafiel ‘Naran’, a quien una mala caída con la bici, le costó un riñón. Siendo aún un chaval se clavó un codo al siniestrarse sobre las dos ruedas y perdió ese órgano. Lejos de amedrentarlo, dejó que la herida supurase y volvió a surcar los cielos con su BMX, aupado en circuitos de medio mundo. “En ocasiones pensé que no volvería a montar”, recuerda Peñafiel, que ahora tras más de una década de pedaleo a sus espaldas, con periplo estadounidense incluido, se postula –en su primera aparición– como uno de los riders a tener en cuenta para los X Games.

Los X Games de Barcelona contribuyen a crear riqueza y promocionar nuestra ciudad alrededor del mundo” Maite Fandos

Ser una de las mecas a nivel mundial para los patinadores supone también la obligación de cubrir ciertas necesidades. “Necesitamos más apoyo de ayuntamientos y más instalaciones”, se queja Peñafiel. Precisamente en esta línea trabaja el consistorio: se proyectan varios skateparks en un par de años y los bastimentos usados en los X Games serán de uso público a partir de 2015. Pero el problema es más acuciante, “desgraciadamente, la gente no entiende el skate y es algo con lo que tenemos que lidiar”, señala el ganador de seis medallas Paul Rodriguez. Como si acaso no quedaran aristas por limar. Todavía con el riesgo de ahuyentar un turismo que se deja bastante dinero en la ciudad, desde la Plaça Sant Jaume se asegura que las ordenanzas de civismo son sagradas y que no se contempla modificar unas leyes tildadas de cuarteleras por algunos, a razón de preservar la convivencia con los vecinos. Casanovas también ahonda en la cuestión, afirma que “a muchos nos ha pasado, vas patinando y te sientes un delincuente. Cuando lo único que haces es deporte”.

“No vi muchas restricciones cuando estuve allí”, aunque “siempre hay más lugares por descubrir”, dice Rodríguez, entre la advertencia y la resignación, antes de subrayar “van a crear un circuito enorme, será espectacular”. Las proporciones faraónicas de dichas infraestructuras (más de 31.000 metros cuadrados), que se esparcirán en su totalidad sobre el Complejo Olímpico de Montjuïc, precisaran de 1.200 operarios entre voluntarios y personal catalán y de ESPN, más las empresas de limpieza, seguridad, etc. Una cifra nada desdeñable para encauzar el caudal previsto de 140.000 asistentes, para quienes uno de los alicientes será ver competir riders españoles, no muy prolijos en ésta competición, con doce hasta la fecha, entre las 300 más grandes estrellas sobre ruedas. Pinceladas autóctonas sobre el cielo barcelonés.