_
_
_
_
_
CRITICA | TEATRO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las alucinaciones de Aurelia

Murmurs es un recital de ilusionismo, pautado con mano maestra por Victoria Chaplin y alucinantemente ejecutado por su hija Aurelia

Javier Vallejo

Aurélia Thierrée es nieta de Charlot. Sus padres, Victoria Chaplin y Jean-Baptiste Thierrée, le pusieron un nombre en español que también en francés significa "de oro". Debutó al cumplir cuatro años, en El Circo Imaginario, el menor espectáculo del mundo, circo alquímico, en los tuétanos, sin animales ni artistas invitados: todo lo hacían entre mamá, papá, ella, su hermanito James y una oca. En laboratorio semejante, aprendió a fabricar sueños. En 2003, mamá Victoria creó para ella El oratorio de Aurélia,viaje al otro lado del espejo en pos de una mujer evanescente, que duerme desmembrada en los cajones de una cómoda.

En Murmurs, continuación natural del Oratorio, Aurélia prosigue su huida. Primero, entre cajas de una mudanza indeseada, repletas de objetos que aparecen y desaparecen, como sus recuerdos, de los que no está segura de querer desprenderse. Un joven, su pareja quizá, las saca de allí de cuatro en cuatro, y el plástico de embalar se convierte, ¡zas!, en un monstruo que la abraza y la lame.

En un fogonazo, la escena se llena de viejos telones pintados con fachadas venecianas por cuyas cornisas Aurélia se escapa cual alma que lleva el diablo. Casas fantasmales, como las del Nápoles de De Filippo, se tragan a viandantes sin rostro. Un alcohólico le mete mano, la obliga a beber, la toma en sus brazos, pero no hay tal: Aurélia interpreta los dos papeles, se coge en brazos a sí misma, nadie sabe cómo, y, tras quedarse enganchada al atravesar una cortina, sale por la otra puerta, bilocada, dispuesta a socorrerse.

Murmurs (yuxtaposición de murmures, murmullos, y murs, muros), es un recital de ilusionismo, pautado con mano maestra por Victoria Chaplin y alucinantemente ejecutado por su hija, el acróbata Magnus Jakobsson (que la rescata de un océano hecho con un mecanismo decimonónico) y Jaime Martínez, que baila con ella sobre el muro del callejón de Don Gato y la pierde, enganchada en el mástil del bergantín de las 21.30. Este universo teatral, fraguado en época del abuelo Chaplin sobre la herencia que dejaron las comedias de magia y el théâtre de la foire, hoy sabe a inédito, de puro olvidado: lo cultivan esta familia, Philippe Genty y, por diferente vía y con otro apresto, los hermanos Forman.

Los personajes se deshacen dentro de sus ropas, reaparecen bajo una sábana vacía, como palomas de prestidigitador, o tendidos con la colada, y se transforman en un cruce entre libélula y mantis que se devora a sí misma hasta dejar vacío su exoesqueleto. Magritte, Daumier y Rousseau el aduanero se entrecruzan en la estética de un espectáculo como no hay otro. Cuando parece haber terminado ya, atención, entre el humo y en penumbra, queda una sorpresa última. En el estreno, el público aplaudió a la troupe a rabiar.

MURMURS. Autora y directora: Victoria Thierrée Chaplin. Intérpretes: Aurélia Thierrée, Jaime Martínez y Magnus Jakobsson. Teatros del Canal. Del 4 al 7 de abril.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_