El fracaso europeo, según Peinado
El pintor malagueño reúne en ‘Made in Germany’ 22 obras recientes que reflexionan sobre la crisis del sistema
Dice Francisco Peinado (Málaga, 1941) que a sus 72 años le empieza a costar enfrentarse a obras de gran formato. “Es por el trabajo que conllevan y por su coste”, apunta socarrón.
Aún así, este académico de Bellas Artes de San Telmo mantiene una actividad frenética, como demuestran las 22 obras recientes que componen su última exposición individual, Made in Germany, piezas creadas entre 2012 y 2013 y que desde el el pasado viernes y hasta el próximo 25 de mayo acoge la galería malagueña JM.
En ella, Peinado hace un canto a la decrepitud del espíritu hegemónico alemán y lanza un grito de socorro sarcástico ante el actual panorama europeo, donde impera el pesimismo entre los ciudadanos y donde la crisis ha puesto en la picota el ideario del proyecto común.
Fiel a su método y a su compromiso con la realidad del momento, Peinado se enfrenta a sus creaciones con la mayor libertad posible, sin bocetos previos, plasmando sus pulsiones en la tela, dejando que con el cruce de líneas y colores la obra vaya naciendo casi sola. “Hago lo que siento y lo que me gusta. Siempre he huido de las tendencias”, apunta Peinado, que, incansable, sigue pintando a diario en su refugio de Alhaurín de la Torre.
Su peculiar mirada irónica se centra esta vez en los tópicos alemanes, con el automóvil y las salchichas como protagonistas, para realizar esa crítica al sistema y reflejar el malestar colectivo. “Simpatiza con el espíritu lacerante, burlón y asfixiante que ha germinado en una España arrastrada por la enérgica locomotora germana”, señala la crítica Regina Pérez Castillo en el catálogo de la muestra.
Algo que queda patente en Toro (2013), donde el típico toro español orina sobre un automóvil alemán. “El automóvil, protagonista estelar de la industria alemana desde 1950, transita las calles de la urbe como único habitante de la misma. La presencia humana queda empequeñecida ante la preeminencia de la maquinaria automovilística, la cual acaba adquiriendo personalidad individual. Estrechamente vinculado a éste, el otro gran protagonista de la iconografía alemana: la salchicha, elemento cargado de una potente simbología sexual (la penetración y los penetrados) que acaba erigiéndose como blasón familiar o símbolo de estirpe.
Con grandes dosis de fábula, Peinado otorga a los objetos y animales cierto carácter humano o metafórico: el toro español que se orina sobre una silueta de automóvil; la araña y la cucaracha, símbolos de miedos, fobias o inseguridades”, añade Pérez Castillo.
Además del pequeño formato de las obras, en su mayoría tablas, en las que expresionismo y surrealismo van de la mano, esta obra reciente recupera a un Peinado colorista, herencia de su formación brasileña de juventud, “donde aprendió a fabricar lo inusitado a través de extraños personajes y situaciones caprichosas”, resalta Pérez Castillo.
Sorprenden en esta exposición varios naufragios, temática poco explorada por Peinado, con cierta semejanza estética a las tormentas firmadas por Turner, en los que el artista plasma en tono alegórico el siniestro y fracaso del mercado europeo.
“En El naufragio, SOS euro (2013) refleja a las claras la ida a pique de la Europa del euro. Es el Peinado de siempre, con su pintura vivencial, de a diario, sobre cosas instaladas en la sociedad actual, con su realismo crónico, pero con una vuelta de tuerca hacia el color, más luminoso. Son obras con mucha frescura, mucho oxígeno”, explica Javier Marín, propietario de la galería JM.
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