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“Nos hemos equivocado de edificio”

Los ocupantes de Nou Barris pensaron que el inmueble era de Caixa Penedès cuando es de varios vecinos Cinco familias esperaban la entrega de llaves

Ana, a la izquierda, propietaria de dos pisos en el edificio 'ocupado' en Nou Barris, al fondo.
Ana, a la izquierda, propietaria de dos pisos en el edificio 'ocupado' en Nou Barris, al fondo.CONSUELO BAUTISTA

“Te hemos dejado el piso bien limpio”, soltó Clara con una sonrisa. “Espero que lo hagáis todo así”, respondió, seria, Ana. A sus 67 años, esta vecina de Nou Barris se encontró el jueves con su nuevo hogar ocupado. “Me parece fatal. Esto no es de ningún banco, sino de gente trabajadora. Yo tenía aquí un taller. Lo permuté por dos pisos en el nuevo edificio. Ellos se han equivocado y lo reconocen. Vamos a ver cómo resuelven el entuerto”.

No todas las ocupaciones salen bien. Vecinos del distrito de Nou Barris se manifestaron el jueves “por el derecho a una vivienda”. Culminaron la protesta ocupando “oficialmente” un edificio vacío en la calle de Pablo Iglesias. Habían entrado tres días antes. El objetivo era ceder las viviendas a cinco familias desahuciadas (por impago de la hipoteca o del alquiler) y crear un centro social en el local comercial. “Como cogíamos algo del barrio, queríamos devolvérselo, implicando a las familias ocupantes”, explicó Andoni, de 20 años. La acción y el edificio fueron bautizados como Ínsula Utopía.

En teoría, el edificio era de Caixa Penedès. En la práctica, es de Black Velvet, constructora creada por vecinos del barrio para levantar allí un bloque de viviendas, cinco de ellas mediante permuta. Empezaron las obras en 2007 y este abril estaba prevista la entrega de llaves a los propietarios. Después el promotor pondría a la venta las siete viviendas restantes. Los ocupantes sostenían ayer que un cartel de Caixa Penedès colgado en un balcón condujo “al error. Nos equivocamos. Nuestra intención no era perjudicarles. No estamos contra las personas, estamos contra los bancos”.

El entuerto, sin embargo, será complejo de resolver. En cinco de los 12 pisos hay ahora otros habitantes. Nicu es rumano y tiene 58 años. “Me quedé en paro y no pude pagar el alquiler”. Desde el jueves vive en uno de los tres pisos de la primera planta. En breve vendrán su mujer y sus dos hijos. José, compañero de aventura, entró por su “hermana y sobrino, a punto de ser desahuciados por un impago de ocho meses de una hipoteca de 1.800 euros mensuales”. Ambos reconocen que se han “equivocado de edificio. No tenemos intención de quedarnos, porque lo ajeno se respeta. Solo pedimos que mientras no encontremos otro edificio vacío de un banco nos dejen quedar”, porque el proyecto Ínsula Utopía, en este u otro bloque, continuará.

Black Velvet, sin embargo, denunció los hechos a los Mossos d’Esquadra “dos horas después de que entraran y ya está en manos del juzgado”, explica su portavoz. “Espero que el juez los desaloje en breve. Esto no es de ningún banco, sino de una empresa privada de gente corriente. El edificio está vacío porque falta la acometida de luz. Ahora ya no sé cómo los echaremos ni quién pagará los desperfectos”.

Javier Pérez puede entender que “exijan una vivienda social para quien carece de ella, pero en este caso han fallado. Ahora tienen que decidir cómo dan marcha atrás”. Su madre y su tía también permutaron sus viejas casas por una nueva y estaban pendientes de la entrega de llaves. Ayer ambas esperaban que las partes se pusieran de acuerdo para resolver este entuerto.

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