Un jefe de Diviertt niega que abriera la puerta del Madrid Arena

Miguel Ángel Morcillo, responsable de la empresa Diviertt —organizadora de la fiesta de Halloween en el Madrid Arena—, ha negado en su declaración esta mañana ante el juez que fuera él el que procediera a la apertura de la puerta por la que entraron unas 2.500 personas en menos de 20 minutos en el pabellón municipal, lo que ocasionó la avalancha mortal, según han explicado los abogados de las acusaciones en un receso del interrogatorio.

Varios testigos habían apuntado a que había sido él. Por ejemplo, María José Siñeriz, abogada de la familia de Cristina Arce, una de las fallecidas, ha citado por la declaración voluntaria que realizó ante la Policía el empleado de Seguriber, Cristian Fraile, que ocupaba el puesto de vigilante de seguridad. Siñeriz ha precisado que este empleado, que estaba allí la noche de los hechos y que era la persona de contacto con la organización, dijo en su declaración policial que Morcillo es la persona que abrió el muelle.

Morcillo se encuentra declarando desde las diez de la mañana como imputado ante el titular del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, Eduardo López-Palop, que investiga la muerte de cinco jóvenes en el Madrid Arena el 1 de noviembre.

El imputado ha relatado que él solo es el jefe de camareros y hostelería de Diviertt y que solo se dedicó a controlar las barras y a colocarlas antes de la fiesta conforme a un plano que le había facilitado su empresa. Los abogados de las víctimas han definido sin embargo a Morcillo como hombreal cargo de la fiesta promovida por Miguel Ángel Flores.

Felipe Moreno, el abogado de la familia de Rocío Oña, otra de las víctimas, ha señalado que a su juicio no solo es maître, como se encontró en su acreditación de aquella noche, sino "el brazo ejecutor del señor Flores". Para este letrado, Morcillo era el jefe de personal aquella noche, el que organizaba y controlaba las barras, a los controladores de acceso, el aforo y el número de entradas vendidas y llevaba el listado de las personas que tenían que entrar a la zona VIP.

El responsable de Diviertt ha negado que las barras interrumpieran la salida del público, pese a que los planos y la inspección ocular realizada por los agentes del Grupo V de Homicidios y de la Policía Científica revelaron justo lo contrario.

Este responsable de Diviertt ha explicado que lleva 20 años trabajando con los hermanos Flores y que precisamente aquella noche vio a José María, el hermano del organizador, en el Madrid Arena. Este había declarado ante el juez que acudió al pabellón municipal cuando le llamó su mujer, que aquella noche se encargaba del concurso de disfraces.

Los letrados también han preguntado a Morcillo si había mucha gente en la pista central y este ha explicado que habría unas 4.500 personas: “Había el triple que la sala Macumba, en la que caben unas 1.500 personas”. También, por último, ha explicado que el pabellón satélite del Madrid Arena, en el que se encontraron las entradas cuyo recuento reveló que se habían vendido 16.000 y no 9.000 como dijo Flores, solo podían utilizarlo con autorización de Seguriber, la empresa de seguridad del recinto. Eran sus vigilantes jurados los que tenían las llaves de las puertas.