El Espanyol se define a balón parado

El repertorio de Javier Aguirre como entrenador no se limita a tocar la fibra a sus futbolistas para que ganen puntos a fuerza de orden defensivo. Cuando tomó las riendas del Espanyol, el mexicano tenía claro que las jugadas a balón parado tenían que convertirse de inmediato en una fortaleza. Y para esta empresa, Alfredo Tena, el segundo entrenador, fue el elegido. “Es muy importante ganar la pelota parada, sobre todo en equipos que se quieren salvar del descenso”, asegura el encargado de la estrategia blanquiazul. Durante los entrenamientos de la semana se realizan una o dos sesiones de jugadas a balón parado y el cuerpo técnico interrumpe con frecuencia los partidillos para focalizar conceptos.

“El balance es positivo”, afirma Tena, quien no dudó en aceptar la oferta de su compatriota, su primera experiencia en Europa. En los 14 partidos disputados con Aguirre en el banquillo, el 22% de los goles del Espanyol han sido logrados con la estrategia: cuatro sobre 18 dianas. “El balón parado tiene cuatro fases”, explica calmo y pedagógico el ayudante de El Vasco: “Lo primero es encontrar el lanzador. El segundo paso consiste en asignarle al encargado de centrar el lugar específico donde colocar la pelota, independientemente de la posición de nuestros jugadores. El tercero es la sincronización, para que los atacantes alcancen el balón en el momento justo, ni antes, ni después. Y, por último, la cuarta fase es el espacio. Cada jugador tiene determinado un lugar hacia dónde dirigirse y eso los convierte en productivos dentro del área”.

El 22% de los goles del Espanyol han sido logrados con la estrategia: cuatro sobre 18 dianas

“Más allá de las estrategias puntuales que exige cada partido, en general los lanzadores de faltas buscamos que los centros vayan bien colocados para aprovechar la anticipación y la fortaleza de los jugadores, especialmente de los centrales”, dice Capdevila, que bota los saques de esquina. “Sabemos la zona a la que va ir el balón y los atacantes tratamos de aprovechar el mano a mano, ya que tenemos la portería de frente”, asegura Héctor Moreno, autor del gol que abrió el camino del histórico 0-4 en a San Mamés. “La agresividad y la picardía son las claves para ganar el balón en el área del rival”, abunda Stuani, otro especialista aéreo.

La brújula estratégica del balón parado defensivo también funciona con precisión. El equipo concedió tan solo un gol por esta vía sobre un total de 15 encajados con Aguirre. Javi Márquez pescó una segunda jugada fuera del área y tras rozar en Forlín la pelota se coló en la portería de Kiko Casilla. “Fue una jugada circunstancial. No lo considero un gol a balón parado, casi que fue un autogol. No es que no cumpliéramos con nuestra tarea”, justifica Tena. El conjunto blanquiazul realiza marcaje al hombre en las jugadas defensivas y guarda un jugador libre. Antes de cada partido, Kiko Espinar, de la secretaria técnica, se encarga del vídeo que luego se enseñará a los jugadores con las estrategias del equipo rival. “Máxima atención y concentración son las claves en la marca hombre a hombre”, dice Héctor Moreno. “Tienen asignada una marca y si no la cumplen, se nota. Estamos peleando por evitar las posiciones de descenso y eso nos hace competir con los dientes apretados —hoy se miden con el Málaga (12.00 Canal+L/GolT)—”, zanja el encargado de la estrategia del Espanyol.