Montilla avisa que un referéndum unilateral “no tiene salida” en Europa
El expresidente catalán presenta su libro 'Clar i català: Testimoni de quatre anys de presidència'
El expresidente de la Generalitat, José Montilla, es considerado un hombre de pocas palabras. Aunque, tal como definió ayer el director adjunto de EL PAÍS Lluís Bassets, en la presentación del libro de Montilla (Clar i Català: Testimoni de quatre anys de presidència, de La Magrana), el actual senador se suelta en las páginas en las que repasa su trayectoria.
Sin embargo, la presentación mostró al Montilla habitual: parco en palabras y reticente a mojarse sobre los asuntos que más preocupan al Partit dels Socialistes: la consulta y la relación con el PSOE.
El día que el Parlament aprobaba la resolución del PSC que insta al Gobierno español y al catalán a negociar la consulta, Montilla se alineó con la tesis que defienden los socialistas catalanes. El expresidente avisó de que, en la Europa actual, un referéndum unilateral dejaría a Cataluña aislada. “En un mundo interdependiente, de soberanías compartidas, las acciones unilaterales no tienen salida. Vivimos en 2013, en Europa. Difícilmente encontraremos vecinos que tengan interés en desestabilizar España. Al día siguiente, nadie lo reconoce”, apuntó.
Pese a esa afirmación, el senador es escéptico con la negociación: no confía en que haya una consulta pactada “con el actual Gobierno”. Montilla dio muestras del porqué de su desconfianza antes, cuando describió la hostilidad creciente entre Cataluña y el resto de España. El expresidente situó el inicio de la desafección en el Estatuto y culpó al PP por cobijar a la extrema derecha. “Hay personas del PP que no hubieran presentado el recurso. Eran prisioneras de la extrema derecha española, que hace mucho daño a España”. El expresidente aportó dos propuestas para solucionar el encaje de Cataluña en el Estado: una reforma constitucional y una financiación análoga al concierto económico.
Montilla reivindicó el Estatuto y lamentó el daño político de la sentencia del Tribunal Constitucional. También defendió la labor del Gobierno tripartito. Y, aunque “el relato”, como él mismo lo describió, ha definido unos Ejecutivos convulsos, Montilla se vanaglorió de tener una cohesión mucho mayor de la que puede presumir el actual presidente de la Generalitat, Artur Mas. “Su gobierno no hace el presupuesto y no tiene apoyo estable en el Parlament. En el mío había mucha colaboración y lealtad”.
Donde no se mojó fue en las relaciones entre el PSC y el PSOE. Reconoció que en las filas socialistas hay “nacionalistas-jacobinos” que difícilmente reconocerán el derecho a decidir. Pero, aludiendo que no es su negociado, no quiso definir cuál sería su marco de relaciones. Solo dijo que una federación del PSOE en Cataluña sería una mala opción.
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