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Mas destituye al delegado en Bruselas para buscar un perfil más soberanista

Joan Prat fue embajador de España en la OTAN con el gobierno de José Maria Aznar

Internacionalizar el pulso soberanista de Cataluña s una de las obsesiones de Artur Mas desde que asumió por segunda vez la presidencia de la Generalitat, en enero. Por ello el líder catalán ha renovado por completo la principal estructura de asuntos exteriores. Una renovación en la que también se nota el cambio de apoyos de Convergència i Unió: si en la pasada legislatura el socio prioritario era el PP, ahora lo es Esquerra Republicana, en las antípodas ideológicas. El actual equipo de asuntos exteriores de la Generalitat está encarado principalmente a una misión: difundir el proceso soberanista y ganar apoyos para la consulta sobre la autodeterminación que la Generalitat pretende convocar en 2014.

El último cambio se produjo ayer, con el relevo del diplomático Joan Prat al frente de la delegación de Cataluña en Bruselas. Prat, que en la pasada legislatura ya discrepó del discurso nacionalista de Mas, fue propuesto por Unió y contó con el beneplácito del PP. El diplomático había sido embajador en la OTAN en la época en la que gobernaba José Maria Aznar. Esquerra veía en el anterior delegado un obstáculo al proceso soberanista. El diario oficial de la Generalitat publicó ayer el cese, con un “agradecimiento a los servicios prestados” firmado por Mas y el consejero de Presidencia, Francesc Homs.

Prat se despidió de los corresponsales en Bruselas en una nota en la que no había ningún reproche para la Generalitat: “Estoy satisfecho con el trabajo hecho con todos vosotros y convencido de haber aportado mi granito de arena para lograr una mejor presencia de nuestro país en Europa, en unos momentos tan trascendentes para todos”, dijo Prat, informa Claudi Pérez. Mas y Homs, de quien dependen directamente los asuntos exteriores de la Generalitat, han buscado un sustituto. Será Pere Puig, que lleva años trabajando en la Comisión Europea. Puig cumple con los requisitos que buscaba CiU: un delegado que sintonice con el proceso soberanista, se mueva como pez en el agua en Bruselas y sea aceptado por ERC. La Generalitat había pensado inicialmente para el puesto en Josep Coll, que fue director de la oficina de la Comisión Europea en Barcelona, y después en Cabo Vede. Pero finalmente no se llegó al acuerdo con Coll, y se pensó en Puig para el puesto. Será nombrado el martes.

El cambio en la delegación en Bruselas completa el equipo que Mas ha escogido para que busquen sintonías internacionales para la consulta. Roger Albinyana como secretario de Asuntos Exteriores se encargará dé la representación. Albert Royo, director de una nueva oficina —Diplocat, acrónimo de diplomacia catalana— que se encargará de enrolar a ciudadanos catalanes que vivan en el extranjero para que vendan la causa soberanista.

La Generalitat quiere lograr con la acción exterior que los países de la Unión Europea avalen una consulta sobre la autodeterminación que no permite el Gobierno de Mariano Rajoy. Por ello, Mas se escudará en la “falta de diálogo” entre el Estado y el Gobierno catalán. El presidente quiere un rechazo explícito de Rajoy a la consulta para hacerse valer en Europa. De momento, el conflicto está centrado en la declaración soberanista que votó el Parlament el pasado enero. La impugnación de la resolución ya está sobre la mesa del Tribunal Constitucional, después de que la semana pasada el Gobierno decidiera interponer un recurso ante el Alto Tribunal. Fuentes del TC citadas por EFE apuntan a que los magistrados pueden resolver la suspensión cautelar de la declaración soberanista en abril. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dio por hecha la suspensión cautelar, y pidió a Mas que la respete. “Como todos los cargos públicos tenemos la obligación de respetar los procesos y las decisiones, en este caso del TC, todos actuamos en consecuencia con sus mandatos porque nadie puede estar por encima de la ley”, proclamó. En contraprestación, la Generalitat presentará el martes un recurso contra la ley de liberalización de horarios comerciales.

En paralelo, la Generalitat mostró ayer que pugnará duro frente a cualquier subida de tono en el debate soberanista. El Gobierno catalán estudia medidas legales contra el expresidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que comparó a Mas con Hitler y Mussolini. El líder catalán y enmarcó las palabras de Ibarra en un clima de “intolerancia creciente” a Cataluña. La Junta de Extremadura anunció que defenderá en los juzgados a su expresidente si la Generalitat cumple con la amenaza.

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