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Humor para una ópera más cercana

El violinista libanés Ara Malikian y el tenor granadino José Manuel Zapata protagonizan la obra músico-teatral 'Los divinos'

El País
El violinista Ara Malikian y el tenor José Manuel Zapata en la terraza de los Teatros del Canal, en Madrid.
El violinista Ara Malikian y el tenor José Manuel Zapata en la terraza de los Teatros del Canal, en Madrid. BERNARDO PÉREZ

El último proyecto del violinista libanés Ara Malikian para acercar la música clásica a todos los públicos llena la ópera de humor. Junto al tenor granadino José Manuel Zapata y bajo la dirección  de Marisol Rozo, ha creado Los divinos, un montaje que definen como “una aventura con canto lírico y ópera llena humor y virtuosismo”.

Los divinos se representará los días 8 y 9 de marzo en el Teatro Campos Elíseos (20 horas. Entradas de 12 a 25 euros). La obra juega con los enredos en una historia de cinco hermanos, músicos clásicos talentosos y peculiares, hijos de una gran diva de la ópera. A raíz de un incidente al nacer el último de los hermanos la vida de Los divinos deriva hacia el absurdo y el disparate.

"Para acercar la música al gran público hace falta quitarle ese disfraz, ese algo tan solemne y artificial. Una vez que estás en el escenario, los músicos ponen la cara de pescado muerto. Pero no tiene por qué ser así", defiende Malikian. "Uno puede tocar un concierto con cara de alegría, no tiene por qué mirar al público con desprecio. No estoy de acuerdo con eso de que si no entienden lo que haces, es su culpa. Si no lo entienden, puede ser porque no lo estás haciendo bien. Hay que tener más humildad. Los intérpretes tienen que ser personas con los pies en la tierra: no creerse divinos". 

El humor, el surrealismo y el talento musical se combinan en la obra con un repertorio formado por piezas de Chaikovsky, Verdi, Mascagni, Dvorak, Di Capua, Paganini, Albéniz, Saint-Saëns, entre otros. "Todos estos grandes compositores eran muy divertidos y les encantaba la vida y reír, y eso se puede leer en su música. Aunque hoy la música y la ópera son consideradas cosas muy serias, estos compositores amaban la vida y amaban la risa, y es una pena que gente que fue tan divertida en su época tenga hoy en día esa concepción casi funeraria cuando se les interpreta", dice el violinista.

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