Coplas en clave lírica

El teatro La Zarzuela abre este domingo sus puertas a la soprano granadina Mariola Cantarero, que da un paso más en su carrera para atreverse con un recital de copla. Será un espectáculo que va a recordar “las canciones de toda la vida interpretadas desde un punto de vista más operístico”, explica la soprano. “Lo hacemos desde el máximo respeto y con mucho cariño porque es la música de mi tierra y la queremos revalorizar”.

Será un recital de un único pase, y tendrá lugar el domingo 24 a las ocho de la tarde. En él, los madrileños encontrarán dinamismo e innovación. “Se ha montado un tablao y queremos que no haya casi parones, que se unan unas canciones con otras, que sea muy limpio… no me gusta la palabra fusión, pero es algo que va a sorprender, a emocionar y que va a gustar muchísimo”, afirma la artista.

Acompañada por el pianista Rubén Fernández Aguirre, el repertorio incluye lo más tradicional del género: Tatuaje, Ay Pena Penita Pena, Lola la Piconera María de la O y hasta 16 tanguillos, pasodobles o bulerías que darán forma a un recital de una hora y media de duración con mucho sabor andaluz. “Me beneficia que, al ser de Granada, llevo un duende especial. Mi familia se ha sorprendido de la vena folclórica que me ha salido”, relata la soprano.

Cantarero se ha dejado influenciar por voces tiplistas como las de Conchita Piquer o Imperio Argentina, más cercanas a su forma de cantar, pero también ha tenido que prepararse para un espectáculo mucho más intenso que las piezas a las que está acostumbrada. “Me divierto, pero me cansa mucho más que si cantara tres óperas; es muy intenso, cada canción es un dramón y te consume todas las energías”, relata.

La artista espera un éxito similar al cosechado en el Teatro Arriaga de Bilbao hace dos años, donde por primera vez interpretó este concierto mitad lírico, mitad coplero. ”Fue una experiencia preciosa, nunca me hubiera imaginado que el público de Bilbao se levantara y aplaudiera al ritmo de peteneras”, recuerda, orgullosa.

Mariola Cantarero es una de las voces líricas más reconocidas de la escena nacional. Nace en Granada en 1978 en una familia sin vinculación con la música que, sin embargo, apuesta por su voz y su educación artística, por lo que estudia en el conservatorio de su ciudad y posteriormente termina su carrera en Viena. En la temporada 2000-2001 debuta en el Teatro Comunale de Génova y desde entonces no para conquistar las principales plazas de Europa como el Teatro Real de Madrid, el Liceo de Barcelona, la Maestranza de Sevilla o las óperas de Hamburgo, Berlín, Zurich y Amsterdam. Es especialista en Bellini, Donizetti y Rossini y, a sus 34 años, ha recibido numerosos galardones; el último, la Medalla de Oro de Andalucía concedida por la Junta de Gobierno en reconocimiento a su carrera.