Canción en femenino
Actuaciones de María Rozalén y Las Migas coinciden estos días con las de Javier Krahe, el cabaret surrealista de El Show de Dodó y el blues de Guadalupe Plata
A vueltas con los nuevos caminos del flamenco, Las Migas irrumpieron en el panorama musical español al amparo de la voz de Silvia Pérez Cruz. Con ella a la cabeza, el cuarteto firmó su disco debut con el título Reinas del Matute y enseguida dieron que hablar. Lo suyo no era flamenco puro, ni cante jondo, pero, como ellas mismas defendían, era “música española, mediterránea, medio flamenca”. Con Marta Robles e Isabelle Laudenbach en las guitarras, Lisa Bause en el violín y la voz de Silvia, Las Migas trajeron aire nuevo a una música muy marcada por los hombres, de hecho, no se conocían muchas mujeres tocaoras hasta su llegada.
Silvia Pérez Cruz dejó el grupo e inició una carrera en solitario de mucho éxito, que culminó la semana pasada al conseguir un Goya a la mejor canción, No te puedo encontrar, de Chicuelo y Berger, incluida en la triunfadora película Blancanieves. Alba Carmona la sustituyó sin demasiados traumas y con ella editaron la primavera pasada Nosotras somos, su segundo disco que defienden mañana dentro del Ciclo Artistas en Ruta. El disco incluye alguna copla célebre del trío Quintero, León y Quiroga, una canción en catalán de Serrat, y hasta una desgarrada recreación de Con toda palabra, de la fallecida Lhasa de Sela. Un canto a la belleza entendida como un nuevo palo que adjudicar al flamenco.
A la misma hora, otra mujer hará valer su papel en la transformación de la nueva canción española en femenino. Se trata de María Rozalén, una cantautora que lleva tiempo por los bares de Madrid cautivando a la misma parroquia que pudo quedarse huérfana cuando Bebe encaminó su carrera por otros derroteros. María Rozalén es descarada y atrevida. Tiene su pellizquito a la hora de cantar y una vis a veces muy irónica en la composición de sus letras. Su desparpajo ha conseguido que una multinacional prepare un gran lanzamiento con ella y con la ayuda de la oficina de representación que gestiona las carreras de Alejandro Sanz, Malú y Miguel Bosé, y Mecano en sus tiempos.
Pero antes, esta noche, hay oportunidad de recrearse con las jugosas letras de Javier Krahe; arrebatarse con el blues roto y deconstruido del trío Guadalupe Plata; o viajar a lugares imaginarios con el cabaré musical surrealista de El Show de Dodó. De Krahe poco hay que añadir. Sus letras juegan con el absurdo y las dobles intenciones. Una puesta en escena sencilla y sobria y esa retranca del que cuenta la mayor genialidad posible sin inmutarse. Tras la polémica del Cristo horneado, Krahe sigue ofreciendo estupendos recitales a cuenta de sus más de tres décadas de escenario, y de diez discos editados. El último, Toser y cantar.
Guadalupe Plata guarda el secreto del blues añejo teñido de actitud punk. El Show de Dodó recrea ambientes mágicos desde el violonchelo de Marina Sorín y el piano de Luca Frasca, el dúo argentino que lidera el combo. Nacho Mastretta pone el clarinete para evocar las orquestinas de principios del siglo XX.
VIERNES, 22.- Javier Krahe, Galileo Galilei (Galileo 100) 21:30. 10 euros; Guadalupe Plata, El Sol (Jardines, 3), 22:30. 12 euros; y El Show de Dodó, Café Berlín (Jacometrezo, 4), 23:00. 10 euros.
SÁBADO 23. Las Migas, Clamores (Alburquerque, 14), 21:30. 15 euros y María Rozalén, Galileo Galilei, 21:30 15 euros.
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