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Brutal agresión a un árbitro de 17 años

La víctima, que ha perdido el bazo, había expulsado al jugador, un policía nacional

Imagen del presunto agresor.
Imagen del presunto agresor.

El agresor se quedó mirando al suelo. “¿Pero qué has hecho?”, le gritaron los jugadores de Los Silos, el equipo rival, tras abalanzarse sobre él para frenar la paliza que le estaba dando al árbitro del partido, un joven de 17 años. El agresor, cuyas siglas son A.M.M., de 27 años, no respondió. Primero le había soltado un puñetazo en la cara al colegiado y después dos patadas salvajes en el costado. Héctor Giner Tarazón, el joven árbitro, ha perdido el bazo tras este ataque durante un partido de fútbol el pasado domingo en la localidad valenciana de Burjassot. La Policía Nacional detuvo el mismo domingo a un agente de Policía por un supuesto delito de lesiones. La víctima está ingresada en un hospital de Valencia.

“Está un poco mejor; ya ha podido sentarse”, explica el padre del chico, José Giner, “aunque ha perdido toda la ilusión por arbitrar. No quiere hablar de nada de lo que pasó”. Se ha creado en Twitter la etiqueta TotsambHector (Todos con Héctor, en valenciano) donde jugadores y aficionados le envían mensajes de apoyo.

La brutal agresión ocurrió durante un encuentro de Segunda Regional que enfrentaba al equipo local de Los Silos y al Mislata, conjunto en el que jugaba el detenido. El partido trascurría con normalidad, sin ninguna tensión, con 2-2 en el marcador. De repente, en el minuto 88, el árbitro señaló una falta, A. M. M. le insultó y, al enseñarle la tarjeta roja, le atacó con saña mientras aquel anotaba la expulsión. “Nuestros jugadores fueron a protegerlo”, cuenta el presidente de Los Silos, Vicente Contreras, “pero ya tenía todo el costado derecho amoratado”.

Por favor, que venga la ambulancia”, clamó el colegiado. Su familia presenció el ataque

“Por favor, que venga la ambulancia”, clamó Héctor. Su padre, su madre y su hermano pequeño presenciaron la agresión. El menor fue trasladado 20 minutos más tarde al hospital Arnau de Vilanova, a 10 minutos del polideportivo de Burjassot, donde fue intervenido para extirparle el bazo. En este momento permanece ingresado y estable en el centro hospitalario. “Hoy [por ayer] ya ha comido algo. Ha sonreído y nosotros también”, contó su madre, Vicenta Tarazón. Los jugadores de Los Silos también estaban muy afectados en el entrenamiento de ayer, según cuenta su entrenador, Paco Herrero. “Cuando esté mejor el chico queremos ir todos a verlo”.

El agresor fue identificado en el propio campo, que cerró las puertas tras la agresión para evitar que escapara. A medianoche, según fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Valencia, se presentó de forma voluntaria en la comisaría de policía de Burjassot y fue detenido. El jugador no tiene antecedentes y está acusado de un presunto delito de lesiones. La Policía Nacional ha confirmado que se trata de un agente del cuerpo. En concreto de la unidad de protección y seguridad ciudadana. “Está a disposición judicial y, si procede, le abriremos un expediente disciplinario”, explicaron fuentes policiales, que quieren preservar la identidad del agresor “no por ser policía”, sino que se procede de la misma manera “aunque fuera bombero o periodista”.

Fuentes del Tribunal Superior de Justicia valenciano han informado de que el Juzgado de Instrucción número 2 de Paterna en funciones de guardia decretó ayer la libertad del policía detenido. El agente está imputado en una causa abierta por lesiones graves. La decisión judicial ha sido notificada a la Jefatura Superior de Policía “para que se adopten las medidas internas oportunas”, añade el TSJ.

El Mislata, por su parte, ha expulsado al agresor de su club de fútbol. El Comité Valenciano de Árbitros lo ha suspendido cautelarmente y espera recibir los datos del acta del partido, que no pudo completarse por estar el árbitro ingresado. En un plazo de dos semanas, decidirá si se le inhabilita para jugar de manera permanente o por una temporada, al carecer de antecedentes. El Comité ha puesto a disposición del menor sus servicios jurídicos por si quiere plantear una denuncia ya que aseguran que la policía presentó una de oficio.

El suceso ha conmocionado a los compañeros de estudios del centro en el que Héctor cursa segundo de Bachillerato. Uno de los profesores, Martín Almendros, espera que el agresor de su alumno “pague” por lo que ha hecho “y que le quiten la placa” de policía nacional. “Estamos todos conmocionados y muy afectados”, comentó. Para este profesor, el hecho de que el supuesto agresor sea agente del Cuerpo Nacional de Policía “es un agravante, porque un policía nacional sabe que hace daño de esta forma”.

Martín visitó ayer a Héctor en el hospital Arnau de Vilanova. “Yo también soy árbitro y somos un colectivo calumniado. Continuamente sufrimos todos los fines de semana violencia verbal y eso ya se ve como normal”, declaró Martín.

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