Luto en el rock madrileño
Los empresarios anuncian el cierre de la mítica sede de Ritmo y Compás tras no haber alcanzado un acuerdo con el propietario del edificio
El silencio es inquietante. Cuando sales del ascensor, en la primera planta, te adentras en un largo pasillo de luz intensa que parece extenderse hacia el infinito. Una hilera de puertas de color plateado y situadas a pocos metros unas de otras se muestran a ambos lados. Parecen fabricadas para aislar el sonido. Podríamos estar en cualquier lugar, una cárcel, un reformatorio, un largo almacén con filas de despensas frigoríficas. La calma es absoluta. Esto tendría sentido de no ser porque el lugar que se describe es Ritmo y Compás, uno de los locales de ensayo y sala de concierto más conocidos en la escena musical de Madrid. El pasado lunes 11 de febrero la dirección comunicó, para sorpresa de sus inquilinos, que el próximo 1 de marzo cerrará el chiringuito.
Toño Hernanz, que junto a su hermana Mar es dueño de Ritmo y Compás, ha explicado que el problema es no haber llegado a un acuerdo con la empresa propietaria del edificio para la renovación. En las negociaciones Hernanz pretendía bajar el alquiler. Por su parte, la intención de la compañía propietaria era la de subir la renta. Al final, el desenlace ha terminado con la clausura del edificio con todas sus consecuencias: el cierre de los locales de ensayo, la sala de conciertos, la tienda de música y el desplazamiento a un local próximo de la escuela de música.
Por sus locales han pasado grupos como Dover y Alejandro Sanz
Por sus locales de ensayo han pasado grupos tan variopintos como Dover, Rafael, Alejandro Sanz, Hola a Todo el Mundo, Ella Baila Sola, Vetusta Morla, Rosario Flores o Mago de Oz. Desde que en 1995 abrieran sus puertas, la sala de conciertos ha sido testigo de alguno de los mejores directos de Madrid. Figuras del rock internacional, como el virtuoso Paul Gilbert, antiguo guitarrista de Mr. Big, y otros nacionales como los bilbaínos Platero y Tú, antigua formación de Fito Cabrales, o el aún más mítico Rosendo han pisado su escenario. Un espacio que perdurará en la memoria de todos los rockeros de Madrid y de Europa.
La noticia ha cogido a todos por sorpresa. “Ha sido un flash total. No han puesto ningún cartel informativo”, asegura Carlos Palop, guitarrista del grupo Mi Pequeña Radio. Desde que esta se difundiera los músicos no han parado de acudir a los locales de ensayo en busca de una explicación más detallada y para que se les facilite alguna solución. “Por antigüedad nos mantienen las condiciones en el otro local, la empresa tiene otros locales de ensayo en Mar de Cristal. Pero están demasiado lejos”, afirma Palop.
Hernanz asegura que aquellos que quieran trasladarse al otro edificio tendrán todas las facilidades. “Facilitaremos una furgoneta y dos portadores para aquellos que quieran desplazarse”, asegura. Además, ha comunicado que ofrecerá un descuento del 30% con la idea de facilitar las cosas a aquellos que necesiten un lugar donde ensayar mientras buscan otro sitio. De los 85 espacios con los que cuenta el edificio, aproximadamente el 70% están ya ocupados, por lo que solo podrán beneficiarse de esta oferta algunos pocos grupos.
El problema de esta opción, para la mayoría de los músicos, es que la otra sala de ensayos se encuentra en una peor situación y el precio sigue siendo elevado. “Es una pasta, nosotros pagamos 676,80 euros al mes y nos hicieron un descuento por llevar mucho tiempo”, afirma David Tabueña, cantante de Mi Pequeña Radio. Ellos, como tantos otros grupos, comparten el local de ensayo con otras bandas. En su caso son tres los que tienen derecho a usar el espacio. Y eso que no todos los locales están llenos.
“Cada vez hay menos gente ensayando. Antes venías un día como hoy y te encontrabas el ruido de 10 bandas. Ahora no se escucha a nadie”, asegura Palop. Julia Peña comenzó a trabajar en Ritmo y Compás desde 1997 hasta 2004. Tras una pausa de varios años, quiso ser madre, fue de nuevo contratada en 2011. “Cuando yo trabajaba aquí no había un hueco, y cuando he vuelto he visto que esto ha bajado. Los grupos que tenían la música como hobby se han quitado porque no hay dinero”, opina.
La empresa abre un correo electrónico para recopilar anécdotas
Desde las redes sociales la resignación y el malestar por la noticia ha llevado a figuras de la música, fans y al público a posicionarse contra el cierre de esta mítica sala madrileña. “Hoy es un día realmente triste para mí pero sobre todo para la música en Madrid y en el resto de España…”, así empieza una carta abierta en su perfil de Facebook del guitarrista José de Castro (Jopi), músico que acompaña al cantante Melendi. De Castro tiene una estrecha relación con la sala, ya que, además de haber tocado allí y haber usado sus locales de ensayo también fue uno de los profesores de la escuela. “Si os apetece, compartid estas palabras para que todo el mundo sepa el luto que vive la música en Madrid”, así termina su carta.
Ritmo y Compás ha habilitado una dirección de correo, amigos@ritmoycompas.com, para aquellos que quieran compartir sus experiencias durante estos 17 años. Ya empiezan a llegar multitud de anécdotas. Entre estas la de un hombre que asegura que allí conoció a la que ahora es la madre de sus dos hijos, o la historia del grupo La Quinta Estación, que se conocieron en uno de los combos que organiza la escuela. Allí formaron su grupo, compraron sus instrumentos y grabaron su primera maqueta.
La sala de ensayos y conciertos Ritmo y Compás, para ellos y para muchos, fue su segunda casa. Dentro de dos semanas será otro edificio vacío.
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