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SALIF KEITA | Cantante

“Quiero que la gente baile con la música africana”

El cantante Salif Keita.
El cantante Salif Keita.

Salif Keita sigue siendo una de las voces más importantes de la música africana actual y también una de las más originales. El príncipe mandinga albino, heredero directo del emperador Sundiata Keita, fundador de Mali, actuará mañana en el Auditori de Girona y el lunes en la barcelonesa sala Apolo (Festival del Mil·lenni).

Salif Keita (Djoliba, Mali; 1949) presentará en directo en esta nueva visita la música de su último disco titulado Talé, un cambio si no radical, sí bastante importante respecto a sus obras precedentes. “Se trata de un disco mucho más electrónico que los anteriores”, explica Salif Keita en conversación telefónica desde París. “Otras veces, había trabajado con instrumentos electrónicos, por ejemplo en mi disco con Joe Zawinul, pero esta vez se trata de sonidos electrónicos puros, al estilo de los trabajos del grupo Gothan Project. Es algo muy diferente, exactamente lo que buscaba para conseguir de forma más eficaz que la gente baile. No hay ninguna otra ideología en el disco: simplemente quiero que la gente baile con la música africana”. Una ideología, o más concretamente la ausencia de ella, que sorprende de un creador comprometido que procede de Mali, país que en los últimos tiempos está viviendo horas trágicas. “Realmente, cuando tomé la decisión de hacer un disco para que la gente pudiera bailar, el problema todavía no había llegado a Mali. Todo sucedió mientras estábamos grabando y decidí continuar con la idea original”.

He trabajado también con africanos, como Wally Badarou, pero es cierto que prefiero trabajar con europeos o con americanos porque eso me permite aprender muchas cosas" Salif Keita

En esta ocasión, Salif Keita ha trabajado con Philippe Cohen-Solal, integrante del grupo de tango electrónico Gothan Project, un dato recurrente en la discografía del maliense que, por regla general, suele trabajar siempre con productores occidentales. “He trabajado también con africanos, como Wally Badarou, pero es cierto que prefiero trabajar con europeos o con americanos porque eso me permite aprender muchas cosas. La música africana está siempre creciendo, si trabajo con músicos de otras culturas que puedan aportarme cosas diferentes, yo también voy creciendo”.

Antes de iniciar esta gira, Salif Keita, que sigue residiendo parte del año en Bamako, ha podido vivir en primera persona tanto los conflictos internos acontecidos en su país tras el progreso del integrismo islamista como la intervención francesa. “¡Bienvenidos los franceses!”, exclama sin cortapisas el príncipe albino. “Por suerte, llegaron para liberarnos. Estaba todo bastante mal por culpa de los integristas”. Además de toda la problemática social, el integrismo islámico pretendió erradicar la música. “No se puede acabar con la música porque la música es como el deseo, siempre estará ahí aunque se intente eliminarlo. Ninguna ideología puede acabar con la música”.

El príncipe mandinga albino actuará mañana en el Auditori de Girona y el lunes, en la barcelonesa sala Apolo

Keita no quiere hablar de un futuro inmediato que no se vislumbra con suficiente claridad. “No quiero ni pensar en el momento en que los franceses se vayan. Antes se ha de crear un buen plan de desarrollo para Mali con un grupo político sólido y un ejército entrenado”. Prefiere concertarse en su parcela más humanitaria: ha creado la Salif Keita Global Fundation para ayudar a los jóvenes albinos africanos. “Hasta no hace mucho los albinos eran sacrificados en África, hemos luchado para cambiar la superstición, pero los problemas persisten”.

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