Artistas en socorro del Ateneo

Un puñado de artistas se ha movilizado de manera inmediata para ayudar con sus obras de arte, donadas para subasta, al Ateneo de Madrid, que afronta una situación económica adversa. La mas veterana institución cultural madrileña data de 1835. Posee 32 nominas y ha visto reducidas drásticamente las subvenciones que recibía del Ayuntamiento de la capital, del Gobierno regional y de las Administraciones Publicas. Desde los veteranos Antonio López, Martín Chirino, Carmen Laffon y Alberto Corazón, hasta los más jóvenes Daniel Canogar y Juan Francisco Casas, han cedido obras propias que, junto a ocho más del patrimonio pictórico y escultórico ateneísta, saldrán a subasta el 21 de febrero en la sala Ansorena de la calle de Alcalá.

En el lote patrimonial figuran aguafuertes y aguatintas bruñidas con retoques a punta seca sobre papel hecho a mano, con planchas de Francisco de Goya, de sus Caprichos, y una colección de Los desastres de la guerra, que datan de 1855. Asimismo, serán subastados lienzos de autores contemporáneos como Manuel Millares, José Moreno Villa, Eusebio Sempere, Josep Guinovart, Genaro Lahuerta, Cristino de Vera y Alfonso Fraile. El precio de salida de la subasta fue fijado en 200.000 euros, siendo el de mayor valor el atribuido a las obras de Goya, con 85.000 y 55.000 euros de salida, respectivamente.

Las piezas de arte contemporáneo fueron cosechadas por la institución madrileña mediante la dación de una obra de arte por cada artista que expuso en las salas ateneístas a partir de 1913. En este siglo, el Ateneo ha conseguido un ajuar estimado en 800 obras pictóricas y esculturas de muy alto valor. Además, la institución cultural y científica más veterana de Madrid posee una colección de 189 retratos de directores del Ateneo, pintados por artistas de la nombradía de Joaquín Sorolla, Mariano Fortuny, Eduardo Rosales y de la saga pictórica de Los Madrazo, que representan a personalidades como el General Castaños, Manuel Azaña, Jose Antonio Primo de Rivera o Enrique Tierno Galvan.

La salida a subasta de estas obras de arte propiedad del Ateneo forma parte de un conjunto de disposiciones adoptadas dentro de un Plan de Viabilidad sometido a los socios el pasado 31 de octubre, que fue mayoritariamente votado por los asistentes. Entre aquellas disposiciones figuraban la inserción de los 32 empleados del Ateneo en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), cuotas extraordinarias a los socios —suman 2.200 los cotizantes—, rediseño financiero de las tasas por alquiler de las salas para actos culturales y musicales y otras similares relacionadas con el restaurante del centro.

Así lo explica Carlos García, Secretario Primero del Ateneo. “Con aquellas medidas logramos obtener previamente unos 500.000 euros y parar un concurso de acreedores en ciernes”. A juicio del directivo ateneísta, “la concurrencia del Ateneo con obras de arte a subasta obedece a la necesidad de afrontar un pago del Ayuntamiento de Madrid —aproximadamente 100.000 euros— que nos fue prometido y no ha sido satisfecho”. La subvención que el Gobierno regional abonaba anualmente, cifrada en 270.000 euros, se ha visto reducida a 55.000. Y las provenientes de las Administraciones Públicas, evaluadas en 879.015, se han visto igualmente rebajadas a esa cifra, 55.000 euros.

“Con el dinero de la subasta del 21 de febrero”, señala, “se pretende afrontar ese impago municipal “. De los 11 miembros de la directiva del Ateneo, que rige el catedrático Carlos París y que cuenta con veinte secciones de actividades, dos directivos se oponen a la medida adoptada. Algunos socios consideran que medidas de tal naturaleza pueden ser el preludio una privatización.

Para Alfonso Herrán, conservador del patrimonio artístico del Ateneo, “el criterio seguido para seleccionar las obras a subasta ha sido el de que no quebranten ninguna colección”. Por ello asegura que “la joya de la Corona, es decir, el repertorio de retratos, atesorado desde 1835, es y será un todo indivisible”. Por otra parte, Herrán subraya:

“Ha sido emocionante la rapidez con la que esos artistas han acudido a la llamada del Ateneo con sus obras de arte prácticamente en la mano, como son los casos de Martin Chirino y Antonio López. Han sido gestos inolvidables”, concluye.