Fusión multicolor en la terraza
Un diálogo entre dos artistas a través de sus obras. El arquitecto español Andrés Jaque y el artista costarricense Federico Herrero intervienen la azotea de La Casa Encendida
Andrés Jaque y Federico Herrero sonreían y hablaban ayer como si se conociesen desde hace años, que no es así. Son dos artistas unidos extrañamente por un proyecto para La Casa Encendida y que, tras meses de charlas transoceánicas a deshoras a través de Skype, se han encontrado estos últimos días por fin en Madrid. Ayer estaban relajados y sentados bajo una estructura multicolor, etérea y onírica que incluye juguetes, animales, flores de papel y golosinas para evocar a los cuentos clásicos infantiles. Estaban felices, aislados de la realidad bajo una instalación que a su vez sobrevuela una gran mancha de color azul celeste que ha transformado la terraza del centro cultural de Caja Madrid en un espacio diferente, luminoso, espejo del ayer soleado cielo madrileño.
Y mientras el arquitecto español Jaque (Madrid, 1971) y el artista costarricense Herrero (San José, 1978) dialogaban, también lo hacían sus obras, tituladas respectivamente Las arenas de Hänsel y Gretel y La terraza. Puesto que de eso trata el proyecto Diálogos autónomos, de que dos artistas colaboren, debatan y confronten sus premisas creativas para levantar de una forma no necesariamente consensuada un espacio abierto a la discusión de cuantos se acerquen a su ámbito de influencia.
La responsable del proyecto es Luisa Fuentes Guaza, que a lo largo de todo 2013 es la comisaria invitada por el centro cultural para hacerse cargo de la actividad denominada En Casa, una cita anual que intenta dotar de intervenciones artísticas a los espacios no expositivos, como el hall, el patio o las aulas audiovisuales. En este caso, la colaboración entre Jaque y Herrero ha ocupado la terraza, una atalaya óptima para disfrutar del cielo de Madrid y que ahora ofrece nuevas sensaciones.
Herrero, que en los últimos años ha pasado del lenguaje bidimensional de lienzos y bastidores a transformar con colores intensos diversos volúmenes arquitectónicos, defiende con su obra la necesidad “de generar tiempo presente”. Es decir, en una dinámica donde la gente ocupa su pensamiento entre el pasado y el futuro, entre meditar lo que acaba de hacer y planear lo que desea acometer, el costarricense crea “un espacio donde existe un corte con ese esquema mental que te está desconectando del tiempo real”. Herrero quiere evadir a través del color de una obra “que se puede navegar”.
Por su parte, Jaque, que ya ha logrado reconocimiento internacional con proyectos “en los que lo importante no son los edificios, sino las situaciones sociales que se crean en ellos”, espera que la fábula de Hänsel y Gretel fomente debates políticos. Que el cuento evocado sirva de base para que niños y adultos puedan discutir, mediante charlas y hasta representaciones de guiñol, sobre viejas convenciones que deben ser revisitadas.
Fuentes Guaza, especializada en los lenguajes contemporáneos latinoamericanos, ha programado para este año cinco proyectos que intentan confrontar el genio creativo de un artista español y otro latinoamericano.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.