Duetos memorables por Ca Revolta
Un público solidario vibró en el Palacio de Congresos con María del Mar Bonet, Carles Dénia, Joan Amèric y Al Tall
Era algo más que un concierto pero fue también un gran concierto. Primero, por la masiva respuesta positiva a la llamada de Ca Revolta en apoyo de este ateneo cultural, amenazado económica y administrativamente, que desde el barrio de Velluters irradia su acción alternativa y solidaria por toda la ciudad de Valencia. El lleno estaba ya garantizado desde hace más de una semana y, por tanto, también el calor del público con los artistas invitados y con la causa que les subió la noche del jueves al escenario del Palacio de Congresos.
"Lo que yo experimenté era increíble", decía Carles Dénia a punto de coger en la tarde del viernes el tren a Barcelona, caliente todavía el recuerdo de un concierto aplaudido por más de 1.500 personas cómplices, que con su entrada contribuían a la continuidad del proyecto Ca Revolta, igual que los músicos con su actuación desinteresada. También María del Mar Bonet se refirió a las vibraciones que percibía en las butacas de la sala principal del Palacio de Congresos.
Fue asimismo un gran concierto por la calidad de sus intérpretes y las sorpresas que un programa especialmente concebido para la ocasión deparó. Abrió fuego Al Tall, que de alguna manera se erigió en hilo conductor del recital, dado que el veterano grupo ofreció actuaciones con todos los demás protagonistas del cartel. Vicent Torrent subrayó que era la primera vez que actuaban en Valencia desde su despedida oficial de los escenarios y anunció que no será la última vez, ya que se prepara algún evento especial "para la primavera". Arrancaron con Darrer diumenge d'octubre y continuaron con algunos de sus clásicos, amén de una canción inédita de cariz municipalista , tras la que dedicaron Tio Canya al ministro de Educación, José Ignacio Wert, para cerrar su intervención inicial.
Fue Wert precisamente el personaje público más nombrado, y no precisamente para bien, en un espectáculo cuyos presentadores recordaron en varias ocasiones que estaban "esperando a las autoridades". A Al Tall le sucedió en escena el cantautor alcireño Joan Amèric, que arrancó con Perquè sóc poble, una de sus canciones más recientes, y cerró su parte con Parlant de sirenes, una de sus canciones más señeras. Un baño de canción comprometida con su pueblo y con la ternura, que enlazó con el cuarteto de Carles Dénia. El músico de la Safor empezó con una brillante versión de la Malaguenya de Barxeta, a la altura de las mejores, y desgranó algunas piezas de sus dos últimos álbumes, entre la tradición valenciana y la fusión renovadora de alto calado musical.
Con referencias al coraje de Ca Revolta y una conmovedora declaración de amor al País Valenciano, María del Mar Bonet agregó a sus palabras la prueba de canciones relacionadas con Valencia, como Alenar, la primera, o Les illes, de Vicent Andrés Estellés y cuando llegó el turno de La Balanguera una especie de manto de magia y poesía se extendió sobre el patio de butacas y la platea. Lo que sucedió luego fueron propinas memorables que díficilmente se repetirán, como el dueto entre Bonet y Dénia, compartiendo cants de batre valencianos y cants de treball de las islas; Amèric interpretando El cant dels maulets con Al Tall en pleno; éstos con Carles Dénia bordando el repertorio de Xarq Al-Andalus y, finalmente, los de Vicent Torrent y Manolo Miralles recordando con María del Mar Bonet alguna de sus Cançons de la nostra mediterrània, álbum que grabaron juntos hace 30 años.
Y, para acabar, todo el mundo en pie aplaudiendo, por ellos y por Ca Revolta.
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