Diez años con Picasso en casa
El museo malagueño celebra su 10º aniversario con muestras centradas en los orígenes del artista y con el reto de atraer más visitantes nacionales
“Málaga se lo merecía y Picasso también”. Así resumía hace 10 años el Rey la impresión que le había causado la visita al Museo Picasso que abría sus puertas en el Palacio de Buenavista un 27 de octubre de 2003. Don Juan Carlos y doña Sofía recorrieron las 12 salas de este edificio señorial de arquitectura civil renacentista que albergaban parte de la incipiente colección permanente, formada en su inicio por 204 obras (ahora 276) donadas por Christine Ruiz-Picasso, nuera del artista, y su hijo Bernard, así como por la exposición El Picasso de los picassos, con piezas llegadas de otros museos y de colecciones privadas.
Un total de 120.000 visitantes pasaron por el museo en sus primeros 100 días de vida y se puso fin a la deuda moral de Málaga con Picasso. El artista regresaba a su ciudad natal 122 años después de su nacimiento y 102 desde que la pisó por última vez. Fue entre la Nochevieja de 1900 y los primeros días de 1901, acompañado por el pintor Carles Casagemas, con quien acababa de volver de su primera estancia en París.
Unos 66 millones de euros de inversión asumida íntegramente por el Gobierno andaluz entre la restauración del palacio y la compra de las obras a la familia Picasso lograron devolver al genio a su ciudad por la puerta grande.
Diez años después, el Museo Picasso Málaga (MPM) ha cumplido con las expectativas que se generaron con su apertura, cuando se hablaba de que supondría “una gran inyección económica para la zona y un acicate turístico de gran envergadura”.
En este tiempo, el MPM ha recibido 3.236.009 visitas, visitantes que han disfrutado de alguna de las más de 30 exposiciones que ha celebrado el centro. Muestras temporales que como Picasso, antología, La colección Pierre y Maria-Gaetana Matisse, Los juguetes de las vanguardias, Kippenberger miró a Picasso, Viñetas al frente, Alberto Giacometti o la más reciente El factor grotesco han conseguido pasar de las 304.658 visitas de 2005, a los dos años de su apertura, hasta los 381.055 el pasado año.
Sin embargo, para los responsables del MPM y la Consejería de Cultura existe un dato que les inquieta. De los 381.055 visitantes del pasado año, el 70% es de origen extranjero. “Es un dato que nos preocupa”, afirma el consejero de Cultura, Luciano Alonso, quien se ha fijado el reto de que la programación de 2013 sirva para “acercar y conectar la ciudad y la provincia de Málaga con el museo y la obra del artista”.
Preocupación que comparte el director artístico del MPM, José Lebrero. “Tendremos que analizar porqué los malagueños y andaluces no visitan este y otros museos. Es cierto que, como sociedad no tenemos el hábito de ocupar nuestro tiempo libre en actividades culturales; en eso vamos un poquito retrasados respecto a otros países de nuestro entorno. El MPM se asocia con el turismo y es cierto, pero es algo que también pasa con otros grandes museos, como el Louvre de París o el Prado. Vamos a trabajar con las Consejerías de Cultura y Educación en estrategias de promoción en otras ciudades y en segmentos de la población poco habituados al consumo de cultura”, explica Lebrero.
Aun sin haber calado del todo entre los andaluces, Lebrero cree que el MPM ha situado a Málaga en el circuito de las ciudades con grandes museos, con los réditos que ello supone.
“Partiendo de que 10 años en la vida de un museo es poco, los datos objetivos y cuantitativos dicen que el museo ha servido para regenerar el tejido urbano del centro histórico de la capital y ha creado una identidad, la de Málaga y Picasso, pues ya vienen personas de todo el mundo buscando a Picasso en su ciudad natal”, explica el director artístico.
En ese análisis coincide el concejal de Cultura y Turismo, Damián Caneda, para quien el regreso de Picasso fue fundamental en la metamorfosis experimentada por la ciudad. “El Museo Picasso ha sido fundamental en el cambio que ha experimentado Málaga en estos 10 años, en los que hemos pasado de 300.000 visitas a cuatro millones. Ha supuesto recuperar la primera imagen que tenemos para vender Málaga y para darnos cuenta de la importancia que su nombre tiene para desarrollar muchas iniciativas públicas y privadas”, señala.
También lo cree Rafael Prados, presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería, para quien la obra de peatonalización de la calle Larios y la Plaza de la Constitución y la apertura el del Museo Picasso hace 10 años “marcaron una nueva época”. De hecho, apunta, el cambio de fisonomía posibilitó que este salón urbano y su entorno, en el que “los locales se regalaban”, se haya convertido hoy en la sexta más cara del país en valores de arrendamiento en materia comercial.
Presente y futuro
Para Lebrero, el presente y futuro del MPM pasa por replantearse el modelo de trabajo y la actitud del museo en estos tiempos de crisis. “El museo no es un mausoleo, es un ente vivo. Tendremos que ser más cuidadosos e imaginativos con nuestros recursos, lograr más patrocinios y alianzas externas e implicar más a la sociedad civil. Eso sin descuidar la relevancia y el rigor intelectual y siendo fieles al principio de calidad, de aportar algo verdaderamente notable culturalmente”, avanza Lebrero, quien no considera que el MPM haya sido maltratado por los recortes presupuestarios, pese a que la Junta ha reducido su aportación de algo más de siete millones a los 6,5 de este ejercicio, en el que el presupuesto total es de 10,33 millones pese a haber perdido a uno de sus patronos principales, Unicaja. “Aunque algo reducida, la aportación pública es significativa y estamos mejor que otros centros de Andalucía o España”, dice en referencia al recorte del 14% y 20%, respectivamente, que han sufrido el Reina Sofía y el Prado.
Con 1,5 millones de ingresos en taquilla en 2012, el MPM afronta su décimo aniversario con la pretensión de aumentar los beneficios en este concepto y asentar su presencia como museo de referencia en cuanto a su programa educativo y cultural, en el que participaron 8.539 personas el pasado año.
La oferta expositiva para su décimo aniversario se compone de tres muestras temporales del artista malagueño —Picasso de Málaga, Álbum de familia y Once obras invitadas— y se completa con otras dos muestras, una del actor y fotógrafo Dennis Hopper y otra de la pionera de la abstracción Hilma af Klimt.
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