La intención de colocar a Xavier Solà al frente del Liceo genera controversia

El proyecto del Gobierno de la Generalitat de nombrar director general del Gran Teatro del Liceo a Xavier Solà, ex secretario general de Cultura investigado por la Fiscalía Anticorrupción, está encontrando escollos en la sociedad catalana. En medios políticos se da prácticamente como seguro que Solà relevará a Joan Francesc Marco en el cargo. Sin embargo, la idea provoca auténtico dolor de barriga a los que consideran que no sería muy correcto colocar en un puesto de tanta visibilidad ciudadana y con tanta carga simbólica a un personaje del cual el propio consejero de Cultura, Ferran Mascarell, ha dicho que sus negocios con la Asociación Catalana de Municipios (ACM) fueron “no ejemplares”. Para muchos, la memoria del caso Palau está demasiado fresca para situar en el Liceo a alguien que está siendo investigado por la fiscalía. No hay que olvidar además que una figura con un marcado perfil nacionalista hace arrugar la nariz a algunos de los círculos más tradicionales del Liceo, donde hay mucho votante del PP.

Por otro lado, es sabido que Solà, que estaría muy empeñado e ilusionado en conseguir el puesto y aduciría para lograrlo servicios prestados, carece de dos de las características que parecen ser bastante indispensables para el cargo: conocimientos musicales y capacidad de aglutinar a la sociedad civil en torno al Liceo (y lograr mecenazgo).

Una solución al perfil bajo e inquietante de Solà sería nombrar como presidente del Liceo, cargo que se quiere crear ahora, a una persona que cubriera sus carencias. El problema es encontrar a esa persona y que además quiera ir en el ticket con Solà. Mascarell estaría empeñado en ello.

En el propio Liceo, embarcado en una lucha por la supervivencia en el marasmo de la crisis, con una caída del 20% de público desde septiembre, común a todo el sector, la idea de que además les coloquen a Solà, con todo lo que le cuelga, parece de una irresponsabilidad mayestática. Fuentes del teatro recuerdan que Marco tiene contrato hasta julio, que nadie ha movido aún ficha y que en todo caso el relevo debe seguir unos pasos establecidos y acordarse en el Patronato del Liceo.

Tras los últimos recortes del Ministerio de Cultura a los equipamientos catalanes, que en caso del Liceo con 6,8 millones de euros representa un 32,9% menos que en el año anterior, la Generalitat ha pasado a ser la administración que más dinero aporta al coliseo barcelonés.