Baltar acusa a Feijóo de incumplir la Constitución con las Diputaciones
El presidente ourensano reclama que se le transfieran parte de los impuestos que recauda
El presidente de la Diputación de Ourense, José Manuel Baltar, ha dado cuenta hoy en el Parlamento de los planes de su institución para este año con una reducción en el presupuesto del 6% hasta los 66 millones de euros y un incremento de las tasas del 12%. Sin ejercer autocrítica alguna sobre los planes de su antecesor, sí ha comprometido una nueva política de personal que apueste por reciclar a algunos de los trabajadores de la institución y por adelgazar la abultadísima plantilla que consume 27 millones de euros, el 43% de los gastos del organismo provincial. “Además de congelar los sueldos, se amortizaron plazas vacantes dentro de un profundo proceso de reorganización para mejorar el capital humano tan injustamente tratado en muchas ocasiones”, aseguró. Y ahí se permitió algún reproche al Gobierno gallego por no haber completado el desarrollo del Estatuto del empleado público. Animó al Ejecutivo de Feijóo a seguir adelante con la tarea para que la diputación pueda evaluar el rendimiento del personal y establecer un plan de incentivos, signos de los nuevos tiempos que anuncia el presidente ourensano.
No quedaron ahí los toques de atención al Gobierno gallego: Baltar dejó caer que la Xunta está incumpliendo la constitución all excluir a las diputaciones de la participación en los impuestos que recauda. “Es un incumplimiento constitucional y privar a los ciudadanos dee participar en el retorno de sus impuestos”, dijo, para animar al Parlamento a que legisle para acabar con esta rutina.
La nueva era de Baltar II no solo pasa por marcar distancias con su padre y antecesor, también por alejarse de algunos de los proyectos de su partido. Así, abogó por la cooperación entre ayuntamientos y la creación de consorcios para la prestación conjunta de servicios “más respetuosa con el principio democrático” que las fusiones municipales que defiende el presidente, Alberto Núñez Feijóo.
Sin aludir directamente a la denuncia formulada por la fiscalía contra su padre, Baltar apostó por la gestión indirecta de algunos servicios y por llevar a cabo un ERE para adelgazar la institución. La oposición le devolvió un rosario de críticas, desde las “practicas mafiosas” que adjudicó al clan familiar la diputada socialista, también ourensana, María Quintas, a las “políticas miserables” que le atribuyó el Bloque a través de su parlamentaria Tereixa Paz pasando por la recomendación del representante de la Alternativa Galega de Esquerdas, David Fernández, para que de vuelta a Ourense disuelva la institución.
La única mano se la echó su compañero de partido y de provincia, el diputado Miguel Santalices que además de glosar los cambios impulsados por Baltar, justificó también la sucesión dinástica en la provincia. Tras repasar el currículum de Baltar hijo y su paso por distintas instituciones, aseguró: “Una liebre así no se puede dejar escapar”.
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