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Vecinos e instituciones critican el retraso de la llegada del AVE a Girona

La inauguración de la línea de alta velocidad no se libra de obras inacabadas

Un convoy de un tren de alta velocidad efectúa pruebas estos pasados días en la línea de Girona.
Un convoy de un tren de alta velocidad efectúa pruebas estos pasados días en la línea de Girona.PERE DURAN

“Gracias a Dios, el AVE llega a Girona y a Figueres (Alt Empordà) y podremos comunicarnos con Europa a alta velocidad”, se congratula Joan Vilalta, vicepresidente primero de la patronal gerundense FOEG. La llegada del tren de alta velocidad hoy a la capital gerundense genera satisfacción entre el empresariado y las instituciones de Girona, que no olvidan una queja reiterada durante años: el retraso continuado en las obras. Y no solo eso, que este se estrene ocho años después de la primera fecha prevista y lo haga igualmente inacabado.

El alcalde de Girona, Carles Puigdemont (CIU), lamenta que todavía falte el soterramiento de la línea de tren convencional y la eliminación del viaducto sobre el que pasaba, obras que iban asociadas a la alta velocidad.

Y hay otras. La línea entre Barcelona y la frontera francesa cuenta, en su recorrido, con tres subestaciones eléctricas que suministrarán energía a los convoyes: una en Barcelona, otra en Riudarenes (La Selva) y la última en Santa Llogaia d’Àlguema (Alt Empordà). Sin embargo, de momento solo la de Barcelona dispone de electricidad. Como solución temporal se ha instalado, según fuentes de Adif, una subestación provisional en Sant Celoni (Vallès Oriental) y se ha acordado con la empresa TP Ferro la utilización de su subestación de Le Soler, cerca de Perpiñán.

Puigdemont podrá trasladar sus quejas a la ministra de Fomento, Ana Pastor, a quien preguntará por las obras que faltan para finalizar el proyecto y que, en principio, no se podrán llevar a cabo, dejando en el aire una reforma urbanística demandada por las asociaciones vecinales para unir el barrio de Sant Narcís a la ciudad. El barrio se quedará sin premio pese a los cuatro años y medio de penitencia que ha sufrido por las molestias provocadas por las obras.

También tendrá oportunidad de expresar su malestar la alcaldesa de Figueres, Marta Felip, quien tampoco ve normal que su ciudad lleve dos años conectada a París por la alta velocidad y, hoy, lo haga con Barcelona y Madrid: “Es una incongruencia que tardemos dos horas para ir a Montpellier, casi el mismo tiempo que para ir a Barcelona (con el tren convencional)”.

La Plataforma de Usuarios de Renfe de la línea Barcelona-Portbou tampoco ha ahorrado en críticas, en este caso a causa de los precios. Marian Riembau, miembro del colectivo, señaló ayer que el precio del billete individual es razonable, pero el de los abonos es excesivo. Por ejemplo, el abono mensual de Renfe cuesta 181 euros y permite 50 viajes, mientras que el del AVE tiene un precio de 307 euros.

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El viaje inaugural empezará a las once de la mañana en la estación de Sants, llegará hasta Figueres-Vilafant y retrocederá hasta Girona. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, asistirá al evento, así como el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón. Colectivos independentistas han convocado manifestaciones en señal de protesta.

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