Castizo de alma negra

Es una mesa de sonido pero podría pasar por reliquia. “Nueve canales, muy primitiva: parece de la época de los Beatles”, asegura Javier Teixidor (Madrid, 1959), el hombre que la cedió hace casi 33 años para el histórico concierto de homenaje a Canito y, hace poco, a un bar-museo de Malasaña. El recuerdo al fallecido batería de Los Secretos sirvió de kilómetro cero para la Movida. Y Teixidor participó al frente de Mermelada, único grupo de los reunidos con disco entonces en el mercado. Su experiencia de siete lustros de carrera como guitarrista, compositor y cantante llega esta noche a El Sol liderando a la J. Teixi Band, una máquina de soul y rhythm & blues heredera de su anterior formación. “Conozco la sala desde sus inicios. Ha cambiado muy poco respecto a los ochenta. Me encanta porque las actuaciones suenan bien; además visualmente resulta agradable. Es un emblema hoy entre los clubes pequeños”.

Aforos recogidos. Significaron quebraderos para Mermelada en los noventa. “Cuidábamos en exceso la marca, nuestro mánager imponía el caché y exigía lugares para actuar equiparables a nuestro prestigio. ‘¿Cómo va a tocar Mermelada en un bar?’, decía. Nos dimos cuenta de que era un proyecto quemado”. Y la renovación de sangre y de nombre llegó en 1994. Teixidor optó por cantar él mismo sus canciones, incorporó a Emilio Galiacho, teclista de Los Elegantes, también disueltos ese año, y pintó aún más de negro su música. El espejo de Mermelada comenzó siendo el pop-rock británico: a los 14 años, nos atraían grupos como Dr.Feelgood con cuatro tíos dando guitarrazos sin técnica depurada. Luego entiendes que, cuanto más simple y basada en el blues sea la cosa, menos fácil resulta”. Teixi ejerció de explorador: “Empecé a buscar las raíces: Muddy Waters, Chuck Berry, el soul de Motown y de Memphis, una regresión que luego afloró totalmente con la J.Teixi Band”.

El recopilatorio Big times funcionó en 2011 como mero punto y seguido en el matrimonio del grupo con Warner. Dicho vínculo data ya de ocho años y arranca con la adopción publicitaria de su cover del clásico Psychedelic Sally por cierto refresco multinacional. “No fue un hit en toda regla, pero sí nos permitió asentarnos y hacernos más conocidos sin tener que renunciar a nada”. El próximo disco se llama Grandes huesos negros (“metáfora de las falsedades y mentiras en las que estamos todos metidos”) y esperan publicarlo entre febrero y marzo. “Estuve cuatro o cinco días de turismo en Nueva Orleans y al final me quedé tres semanas empapándome de su música. Y estilos como el cajún o el zydeco se van a notar en el álbum. Pero siempre cantados en castellano, que es lo que nos distingue. Son letras de un madrileño de Chamberí y no eluden la preocupación por lo que está pasando”.

Acordeón y metal

Hace una década que Teixidor incorporó sección de metal a sus trabajos. Y para la inminente entrega, por ese influjo de Nueva Orleans, añade también el acordeón. “Tenemos la suerte de que nuestro bajista, Dani Montemayor, lo toca muy bien. Hasta fue subcampeón de España de adolescente, cuando íbamos al colegio Maravillas. Allí nació Mermelada”. Y del Maravillas al Villa de Madrid: “Quedamos finalistas en la primera edición del concurso, que ganó El Gran Wyoming con su grupo Paracelso. Lo siguiente fue publicar nuestro primer disco con Chapa, el sello de Mariscal Romero”. El profeta del rock duro respaldaba entonces también otro tipo de lanzamientos: editó a Kaka de Luxe, la banda seminal de la Movida.

No sería extraño que esta noche sonara en vivo Coge el tren: el tema titulaba aquel estreno en largo de Mermelada y alcanzó repercusión. “A veces la tocamos. Se trata de una noche especial, un regalo de navidad, sin la presión aún de presentar las canciones nuevas. Habrá versiones, divertimentos e incluso puede que alguna de Los Elegantes”. El que fue batería de estos, Carlos Hens, empuña las baquetas en la J. Teixi Band desde hace año y medio. Un cuarteto, en consecuencia, compuesto ahora al 50% por exmiembros de Mermelada y Los Elegantes. A los primeros siempre se les asoció menos que a los segundos con el movimiento mod: “Teníamos mucha más conexión con sus gustos que lo que ellos pensaban. El problema es que en España el movimiento no nació de la música como en Inglaterra sino de la ropa: me pongo una parka y ya soy mod. Hay un libro recomendable en ese sentido: ¡Ahora! No mañana”. El perfil investigador en Teixidor va más allá de lo musical: es un estudioso de la Guerra Civil y atesora cientos de volúmenes sobre la materia. Ha recorrido también sus frentes, incluidos los de la sierra madrileña. “Con lo que no me topo hace tiempo es con proyectiles abandonados en la Casa de Campo: se murió mi perro y ya no tengo la excusa de sacarlo a pasear”.

J.Teixi Band actúa a las 22.30 en El Sol, a beneficio de la ONG Prosalus