‘Che farò senza Moisès?’

Cuando su adorada mujer Angelina, con la que se había casado hace 72 años, caía enferma, el médico Moisès Broggi solía hacer que escuchara el aria Che farò senza Eurídice, del Orfeo ed Euridicede Gluck, que a él le gustaba y a ella le reconfortaba el espíritu entonces maltrecho. Esa pieza sonó ayer en el tanatorio de Les Corts de Barcelona, pero esta vez en el funeral para despedir al cirujano, fallecido el lunes a los 104 años.

 “Siempre puso la medicina al servicio del objetivo humanitario y la inteligencia al servicio de la bondad”, recordó el reconocido autor teatral y nieto del médico, Oriol Broggi, ante las cerca de 600 personas que quisieron acudir a despedir al científico.

Dos expresidentes de la Generalitat, Jordi Pujol y Pasqual Maragall; el alcalde de Barcelona, Xavier Trias; el líder de ERC, Oriol Junqueras; el de la CUP, David Fernández, así como un sinfín de personalidades de la cultura y la medicina, pero también de ciudadanos más anónimos, estuvieron presentes en un emotivo acto que encabezó la propia viuda, en silla de ruedas, y que entrelazó el compromiso de Broggi con la medicina, con Cataluña... y con la gente.

“Era un faro de luz que emitía con una frecuencia que todos hemos de retener”, resumió el presidente de la Generalitat Artur Mas haciendo tanto o más hincapié en su vertiente humana que en la política. Ese humismo, ayer reflejado en el recordatorio (con versos del Bhagavad Gita reinterpretados por el propio Broggi) es el que llevó, los dos últimos años, a un filósofo como Rafael Argullol a mantener largas conversaciones, reflexiones “filosófico-médicas” que se recogerán en Moisès Broggi, cirurgià. L’any 104 de la seva vida, que en febrero editará Quaderns Crema.

Los restos del médico reposarán en Port de la Selva, allí donde, espíritu libre, frente al mar que tanto le impresionó de niño y simbolizó su conexión con el mundo, navegaba con su barca Nausicaa.