El PP asume por fin a Estellés

Hay gestos que deberían pasar desapercibidos por su normalidad. Por ejemplo, que los representantes políticos rindan homenaje a uno de los poetas más importantes de la historia de la literatura en la lengua propia del territorio que gestionan. Al margen de la ideología. Eso es lo que hizo ayer la consejera de Cultura, María José Català, al visitar la exposición organizada por la Acadèmia Valenciana de la Llengua sobre Vicent Andrés Estellés en el Centre del Carme, con motivo del 20 aniversario de su fallecimiento en 2013. No debería ser noticia, pero lo es.

Con su visita, Català, del PP, asume y reivindica la importancia de Estellés, Premi d’Honor de les Lletres Catalanes en 1978 y Premi d’Honor de les Lletres Valencianes en 1984. Su gesto cobra mayor relevancia cuando su predecesora en el cargo, Lola Johnson, no asistió a la muestra.

La nueva consejera de Cultura afirmó que la institución normativa ha estado “muy acertada” con este homenaje “que intenta que los valencianos sean conscientes de la grandeza de Estellés”. “Tenemos que sentirnos orgullosos de tener a gente como él que ha hecho mucho por esta tierra”, añadió. Ya el día de su toma de posesión recitó el popular poema de Estellés Assumiràs la veu d’un poble, que, según explicó, había guiado su trayectoria. También se ha prestado a Escola Valenciana para ser voluntària per la llengua y hablar en valenciano con Marga Sanz, líder de Esquerra Unida, que no es valencianohablante.

Al mismo tiempo, Català fue objeto de polémica en la campaña electoral cuando pidió disculpas por hablar en su lengua materna, el valenciano, al escuchar los silbidos de una parte del público en un mitin del PP. Tampoco se ha mostrado muy solícita al mandato de la reciente sentencia no recurrible del Tribunal Superior de Justicia valenciano que obliga a la Consejería de Educación, que también dirige, a implantar una línea en valenciano en un colegio de Picassent. Ha insistido en que aún no ha llegado oficialmente el auto. La normalidad y la normalización tienen unos límites.

Català también mostró ayer buena sintonía con el presidente de la Acadèmia, Ramon Ferrer, y el académico y comisario, Josep Palomero, lo cual no es óbice para que cerrara filas con el presidente Alberto Fabra cuando fue preguntada sobre el anuncio de éste de reducir de 21 a 11 los académicos: “Es un momento para hacer más con menos. Nosotros hemos pasado de ser diez compañeros a ser ocho consellers”.