El 90% de los maltratadores que siguen los cursos de reinserción se rehabilitan
La Audiencia de Alicante presume de su programa pionero en España
A la primera persona que se encuentra un maltratador ante los cursos de reeducación de la Audiencia Provincial es a una mujer. Para él es una sorpresa, pero el mensaje “lo entiende antes, es más directo”, explica Vicente Magro, presidente de la audiencia alicantina: “No me puedes poner una mano encima, tenme respeto, no me pegues, cuando oyen eso entienden donde están”.
Vicente Magro sacó pecho ayer del programa que puso en marcha en 2004 y al que se abocan de modo obligatorio todos aquellos condenados por violencia de género con penas de prisión de menos de dos años. Las notas son buenas, asegura Magro: “un 90% no reincide, tan solo uno de cada diez” y no son reincidencias serias como el asesinato.
En Alicante, al año, hay 650 condenados por violencia machista, dos terceras partes de estos sin antecedentes o con penas menores a dos años. Los maltratadores no se sienten delincuentes y el curso se encarga de cambiar eso con un equipo de colaboradoras: cuatro formadoras, una médica forense y tres psicólogas que se encargan de decirles “que no le echen la culpa ni al Estado, ni a sus mujeres, ni a la sociedad”.
“Hay que arriesgarse en estos temas”, explica Magro, “en la primera sesión que pusimos una mujer delante del grupo, uno se levantó y largó algo contra las mujeres. Rápidamente le amenacé”. Los maltratadores saben que si no hacen el curso tienen que cumplir pena y que, cuando lo acaban, si reinciden de nada les habrá servido. Se les acumulará la pena anterior con la nueva. “Pero se nota una actitud más positiva cuando hablan con una mujer que con un hombre, con el que establecen una actitud de colegueo que no ayuda”, comenta Magro.
Carmelo Hernández, psicólogo coordinador del curso señala que “es absolutamente necesario para un violento oír a una mujer para repensar su hombría, su masculinidad. Se avanza mucho más con una educadora que con un educador”.
Vicente Magro, además, mostró cierto desconcierto al no haber conseguido que ninguna audiencia provincial se haya apuntado a los cursos. “El 80% de los delitos sorpresivos, esos en los que el violento dice: voy a hacer algo, se pueden evitar si se habla con ellos”, explicó el presidente de la Audiencia.
En este sentido, Carmelo Hernández contó cómo se encontró con un ex usuario del programa en una parada de autobús, con apariencia de estar en la indigencia, “con los rasgos desencajados e ideas obsesivas, repitiendo que iba a hacer algo gordo”. Los psicólogos, continúa Hernández, le convencieron para volver al programa y, después de seis meses de cursos, “pasó de un ambiente marginal a poder volver a tratarse con su familia original”.
Esta violencia “es absolutamente predecible”, insiste Magro, convencido de su método, que requiere de un presupuesto “irrisorio”.
Programas de prevención 2012
De los 398 usuarios del programa de violencia de género, 180 son españoles, 157 comunitarios y 61 extracomunitarios. El 80% de ellos han completado el programa. Británicos y rumanos son los que más casos acumulan entre los maltratos.
Desde el 2004, la reincidencia se ha mantenido cercana al 10%. No registra casos graves como el asesinato
Programas de violencia doméstica (en el ámbito del hogar): de los 39 asistentes, 13 eran mujeres que atendieron el curso por violencia sobre sus maridos o hijos.
Programas para condenados por delitos contra la seguridad vial: 45 infractores han pasado por los cursos.
1.500 personas entre víctimas y estudiantes han pasado por los cursos desde 2009. Es costumbre recibir estudiantes de la Universidad de Texas (EE UU), que estudian la aplicación del programa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.