Una cámara multicolor
El nuevo Parlament, con siete grupos, es el más plural de la historia PSC, PP y Ciutadans critican el discurso soberanista de la presidenta Nuria De Gispert
No se veía desde hace mucho tiempo, al cierre de la sesión de inicio de una legislatura, a un miembro de la Mesa del Parlament con el puño en alto cantando Els segadors. Fue el caso de David Companyon, de Esquerra Unida i Alternativa. Y no fue el único: los tres diputados de la CUP realizaron el mismo gesto en el otro extremo del hemiciclo tras votar como presidente de la Cámara a un ciudadano que intentó suicidarse cuando iba a ser desahuciado. El Parlament que nació ayer, que desacralizará las corbatas y cierta etiqueta —la joven diputada de ERC, Marta Vilalta, hizo el recuento de votos tocada con un fular— es el más plural de la historia, al estar compuesto por siete grupos —seis más el Mixto— que reflejan el colorido político surgido el 25-N.
La democristiana Nùria de Gispert, reelegida por 79 votos a favor, no estará escoltada en la Mesa solo por diputados de CiU, PSC y PP. Ahora la acompañará también en la vicepresidencia la republicana Anna Simó y Companyon, que no olvidó lucir una camiseta amarilla en defensa de la escuela pública. “CiU ha tenido que perder 12 escaños para entender que la Mesa debe ser plural”, analizó el ecosocialista Joan Herrera. En el último mandato ya había cinco grupos más el Mixto (compartido por Solidaritat y Ciutadans). Albert Rivera, de C’s, lamentó, sin embargo, quedar fuera del órgano pese a que, hace dos legislaturas, ERC e Iniciativa estuvieron representados pese a tener menos votos que ahora Ciutadans. Eran entonces los tiempos del tripartito.
El discurso de De Gispert no ha sido institucional", lamenta Pere Navarro
La última legislatura se cerró con la aprobación de la resolución en favor de la consulta soberanista y ayer se retomó el guión. Gispert, acompañada en la Cámara por sus hijos y nietos, dio por archivada la vía autonómica, defendió el derecho a decidir, citó al poeta Martí i Pol y mostró su deseo de que los catalanes, en palabras de Salvador Espriu, “ejerzan el recto camino de acceso al pleno dominio de la tierra”.
Su apuesta por la consulta disgustó a socialistas, populares y Ciutadans, que la acusaron de haber actuado en clave partidista. “Se ha olvidado de ofrecer un discurso institucional”, lamentó el socialista Pere Navarro, que estrenó escaño igual que Oriol Junqueras, consumándose el relevo en ambos partidos, sin su líder en el último mandato. La popular Alicia Sánchez-Camacho urgió a Artur Mas a no demorar la investidura para evitar la parálisis del Gobierno. La irritación de los partidos del bloque constitucional fue equiparable a la que mostraron diputados nacionalistas y alguno también del PSC. Por razones de protocolo, los expresidentes del Parlament y de la Generalitat se sentaron en segunda y tercera fila del palco de invitados. Delante, se sentó Maria de los Llanos de Luna, delegada del Gobierno pero también el democristiano Josep Antoni Duran i Lleida. O Francesc Homs, portavoz del Gobierno catalán.
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