El turista en su gruta
El ex de Martes y Trece es un perpetuo visitante de la capital. Curtido en sus barras, sobremesas, madrugadas y tardes de fútbol, marca una ruta ‘typical spanish’ ahora que estrena ‘De verden cuando’
1. Mi gruta. Así es como llamo a mi casa [en los confines de la calle de Hermosilla], comprada con letras de 68.000 pelas hace 33 años, con el sudor de mi frennete, ya que me preguntas. La estoy recuperando ahora porque antes venía solo para dormir (o ni eso)... He sido un entregao a la noche y, a veces incluso me iba a un hotel. Me encantan los hoteles. Pero ya tengo plantas y todo (y riego). Las últimas las arranqué una noche con el Réquiem,de Mozart.
2. La plaza Mayor. Me encantan las plazas. La piedra vieja, los soportales... Yo me he tragado un turista y me calzo las zapatillas y me cuelgo la mochila y echo a andar, a pesar de que tengo los tobillos jodidillos. Durante mucho tiempo iba los días de lluvia, cantando y silbando, que me encanta. Llegaba, y si hacía bueno, me sentaba en una de las sillas a ver la Luna. Estuve a punto de comprarme una buhardilla allí, pero te tenías que agachar: derrepenete no, derrepenete sí... Y ¡había gente dentro!
3. El Retiro. Me encanta irme allí, ponerme a mirar esos árboles impresionantes, esos pinos que pintó Goya, esos cielos de Madrid y esa música de fondo, esos tambores que se oyen como un eco, unos efluvios, una especie de borrachera De verden cuando... Y tomarme una Coca-Cola light (o un vermut) en la terraza que hay al lado de la escultura del Ángel Caído.
4. Restaurante Aranduero. Donde estuve ayer con mis colegas. Lo recomiendo. No sabes qué chuletitas, qué cochinillo, qué cordero de Dios que quita los pecados del mundo... Está tan rico todo... Hacen una morcilla... Cómo se entere mi naturópata... Empezó siendo nuestro after, después de salir de un sitio que había enfrente que se llamaba Valentino, íbamos ahí a comer los churros. Ahora jugamos al mus (Salustiano Olozaga, 16).
El chico del coro
Millán Salcedo (Brazatortas, Ciudad Real, 1954) se educó en los salesianos y con ellos y su coro se fraguó el artista que se sube ahora al escenario del teatro de La Latina con su espectáculo De verden cuando. Del 20 de diciembre al 3 de febrero.
5. Toni bar (Toni 2). Ese piano bar era un sitio en el que acabar todos los días. Lo que más me puede gustar en el mundo es cantar y te dan un micro y te dejan elegir la canción que tú quieras y hay gente que te escucha... Últimamente se está tergiversando: una cosa es el piano bar y otra el karaoke. Apréndete la letra, joé (Almirante, 9).
6. Museo del Prado. No hay nada que me emocione más que Velázquez, ese sevillano y ese Cristo que tendrían que bendecirlo y ponerle delante un reclinatorio.
7. Estadio Bernabéu. Sí, soy del Real Madrid. Socio abonado y madrina, si fuera necesario. Soy merengón, por dulce y por blanco y por buen amante... A mí me deberían dar también una Copa de Europa.
8. Canoe Natación Club. Tengo el carné de socio desde 1982, porque un día un tipo nos convenció. Aquello es una familia. Voy a hacer largos, los largos son larguísimos...
9. Madrid de los Austrias. Me lo paseo durante horas.
10. La Posada de la Villa. Es un sitio sencillamente increíble. Tiene un horno espectacular y, de tanto ir, hicimos amistad con Félix, el propietario, y celebramos allí cosas familiares. Tiene mucha gracia porque en las sillas vienen los nombres de famosos que han comido allí (Martes y Trece también estamos): “¿A quién te ha tocado hoy?”, y jugamos a comer imitando a nuestro personaje (Cava Baja, 9).
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