Un cargo del PP controló en noviembre la adjudicación de otros 133 empleos

Los votos siguen siendo sagrados. Mientras elimina enchufados, Baltar hijo suma 133 nuevos contratos. Lo hace gracias al maquillaje laboral proporcionado por 850.000 euros de la Xunta. La delegación de la gestión de competencias en materia de servicios sociales en ayuntamientos de menos de 20.000 habitantes acordada por el Gobierno de Feijóo ha permitido incorporar personal que ya trabajó para el organismo y que se había ido al paro. Aunque ahora paga la Administración autonómica a través de un convenio firmado hace unos meses.

El proceso de selección fue controlado por Antonio González, portavoz del PP en el Ayuntamiento ourensano de Castro Caldelas, que a su vez es jefe de servicio de Promoción de Emprego de la Consellería de Traballo en Ourense. El tribunal valoró aspirantes a través de una entrevista personal que sumaba hasta tres puntos. La experiencia laboral en la Diputación añadía otros tres. El currículum del solicitante solo sumaba un punto. Durante el pasado noviembre, cientos de demandantes de empleo accedieron al proceso realizado en el centro cultural del organismo, entre cuadros, esculturas y porteros.

El neobaltarismo que practica Baltar Blanco se viste de guante blanco. Se reinventa a sí mismo. A pesar de los despidos y del cierre de algunos chiringuitos, el presidente ourensano también anuncia nuevas plazas. El plan de recursos humanos incluye la contratación de un arquitecto, un gestor de servicios culturales, un veterinario o un técnico especialista en gestión presupuestaria y contable. La oposición y los sindicatos cuestionan el fondo del ERE porque creen que los expulsados serán colocados en puestos de salida para futuras contrataciones.