Sandokán desobedecerá la orden de demoler las naves de Arenal 2000
El Ayuntamiento prepara un plan que obliga a tirar el 35% de lo construido
Rafael Gómez Sandokán creó un partido, Unión Cordobesa (Ucor), para defender sus intereses inmobiliarios y económicos desde el propio Ayuntamiento. A pesar del inesperado éxito de Ucor, que se convirtió en la segunda fuerza política más votada en la ciudad, las cosas no le están saliendo como él quisiera. Antes de ser concejal en 2011, mantuvo con el Consistorio un duro contencioso a cuenta de unas enormes naves ilegales que construyó cerca de Medina Azahara y a las faldas de la sierra. Aquella batalla enfrentó en los tribunales al empresario con el poder municipal y autonómico que querían demoler los almacenes y multaron a Gómez con 24,6 millones de euros. El mes que viene, el Ayuntamiento aprobará un Plan Especial que permitirá la legalización del 65% de las cuatro hectáreas construidas. Siempre, eso sí, que Gómez acceda a demoler el resto. Algo que, advirtió ayer, no piensa hacer.
“¿Por qué vamos a demolerlas? Eso sería absurdo y contraproducente. ¿No lo comprenden ustedes? Aquello no se hizo por amor al arte, aquello se hizo con permisos y con una orden. Como somos tan ricos, tenemos tanto trabajo y somos unos fenómenos, ahora vamos a demoler...”, ironizó con su particular rudeza.
Sandokán es un empresario que construyó un pequeño imperio inmobiliario llamado Arenal 2000. La firma se apoyaba fundamentalmente en el crédito financiero de Cajasur y en la burbuja inmobiliaria. En el momento en que se levantan las naves gobernaba la ciudad Rosa Aguilar, entonces en IU. Las relaciones entre ambos eran cordiales y Sandokán siempre ha manifestado que la regidora dio el visto bueno a la construcción. De hecho, el Ayuntamiento que ella gobernaba llegó a aprobar un primer Plan Especial que regularizaba las naves. Un plan que fue redactado por la propia Arenal 2000 y posteriormente tumbado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
Esta semana, ha surgido una duda en el Ayuntamiento, hoy gobernado con mayoría absoluta por el PP: ¿de quién son las naves? El concejal de Urbanismo, Luis Martín, aventuró que la propiedad de las mismas ya no era de Gómez sino de sus acreedores. Oficialmente, Sandokán es un constructor acuciado por las deudas y los embargos.
Pero fuentes financieras señalan que los acreedores son hipotecarios, no propietarios. Es decir, todavía no se ha procedido el embargo de sus bienes. Y por tanto, las naves ilegales siguen siendo propiedad de Sandokán y sus sociedades. Él mismo lo explicó vehementemente ayer en el Ayuntamiento. “Ustedes creéis [sic] que las naves son de mi prima la pelá. Pero las naves son de Rafael Gómez. ¿Qué tienen una hipoteca? Pues está ahí. Pero las naves son de Rafael Gómez”, insistió. En ese caso, Gómez, como propietario de las naves, tendría que demoler 15.000 metros cuadrados si quiere que sean legales.
Por su parte, el alcalde, José Antonio Nieto, ha aprovechado la ocasión para arrearle a sus antecesores en el gobierno local, IU y PSOE: “Con un gobierno del Partido Popular esas naves no se habrían construido jamás. Y si se han construido ha sido por culpa de un gobierno negligente o connivente”. No obstante, el plan que está a punto de aprobar fue redactado íntegramente por esos dos grupos cuando gobernaban y el PP no ha hecho sino abstenerse siempre. El PP sí votó a favor, junto a IU, del primer plan que legalizaba las naves. Solo el PSOE se opuso al mismo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.