Sanear la banca valenciana equivale al 50% del rescate europeo a España
La factura por Banco de Valencia, CAM y la antigua Bancaja supera los 19.000 millones El coste representa el 20% del PIB de la comunidad autónoma
La mareante cifra que finalmente requerirá el saneamiento del intervenido Banco de Valencia, 5.500 millones de euros, completa un balance aún más apabullante para la Comunidad Valenciana. El coste del rescate de su sistema financiero suma aproximadamente, según los datos disponibles, 19.285 millones de euros. Ello equivale a cerca de la mitad del rescate que el Gobierno ha solicitado a sus socios europeos para el conjunto del sistema financiero español, concretado en unos 40.000 millones. Y representa en torno a un tercio de lo destinado a recapitalizaciones y rescate de entidades españolas desde que estalló la crisis.
A los 5.500 millones que se inyectarán en Banco de Valencia para venderlo a La Caixa al precio de un euro, hay que sumar la intervención en la antigua CAM, 5.249 millones de euros, y de la parte valenciana de Bankia (esto es, de la antigua Bancaja).
No hay datos exactos de Bancaja, porque Bankia no ha desglosado su necesidad de ayudas en función de las siete cajas que se integraron para fundarla. El catedrático de Economía de la Universitat de València, Joaquín Maudos, apunta, sin embargo, un cálculo sencillo (y probablemente conservador) para estimar aproximadamente el peso de la caja valenciana en el rescate: su peso en la fusión, que fue del 38%. Aplicando este porcentaje al total de ayudas que precisa Bankia, cifrado en 22.465 millones de euros, la parte que corresponde a Bancaja se eleva a 8.537 millones.
Los mencionados 19.285 millones, que equivalen, desde otra perspectiva, a cerca del 20% del Producto Interior Bruto (PIB) de la comunidad autónoma.
La CAM, 5.249 millones; Bancaja, cerca de 8.500, y el Valencia, 5.500
La estimación requiere varios matices. El primero: la factura puede ser mayor. Tanto en el caso de la adjudicación de la CAM al Sabadell como en el del Banco de Valencia a La Caixa se ha establecido adicionalmente un Esquema de Protección de Activos que cubrirá una parte de las pérdidas que las entidades pueden registrar por un plazo de 10 años.
El origen de los rescates a las entidades valencianas tampoco es el mismo. En el caso de la CAM, los 5.249 millones de euros fueron aportados por el Fondo de Garantía de Depósitos que se nutre de aportaciones de la propia banca. El problema es que ese fondo, que como indica su nombre tiene como finalidad asegurar los depósitos bancarios de los ciudadanos, quedó muy menguado, y no parece hoy en condiciones de cumplir su objetivo.
“La brutal inyección de fondos públicos en el Banco de Valencia es la gota que colma el vaso del desaparecido sector bancario valenciano”, afirma Maudos, que añade: “Al final, por mucho que se empeñen unos cuantos altos cargos del Gobierno en decir lo contrario, la reforma del sistema financiero sí tiene coste para el contribuyente”.
De momento, 6.160 millones serán asumidos por los contribuyentes
La factura final que pagarán los contribuyentes de toda España es imposible de predecir. Pero algunas cantidades ya pueden anticiparse. Primero, los 5.500 millones del Banco de Valencia. Y segundo, los 4.465 millones de euros que el llamado Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) 1 inyectó en Bankia. Aplicando la misma fórmula que antes, la parte imputable a Bancaja asciende a 1.696,7 millones. En total: 6.161,7 millones de euros, más de un billón de las antiguas pesetas, que pasan a engrosar el déficit público.
¿Cómo se ha llegado hasta aquí? “La excesiva concentración de riesgos en el ladrillo, que es ya de por sí una señal de mala gestión, junto con un intenso ritmo de crecimiento del crédito y de la capacidad instalada (oficinas y empleo) en la etapa del boom inmobiliario es el denominador común”, señala Joaquín Maudos.
El catedrático de Economía Jordi Palafox opina que la burbuja no es suficiente explicación por lo mismo que la existencia de la gravedad “no puede ser considerada la causa que los aviones se estrellen”. La prueba, afirma, es que también se vivió en Cataluña “y ahí está Caixabank”. Palafox destaca dos elementos. La “irresponsabilidad” de los ejecutivos y los administradores de las entidades. Y “el descomunal fallo de gestión del supervisor, el Banco de España”.
Fabra destaca la solvencia de La Caixa y la oposición culpa al PP
El profesor de Contabilidad y Finanzas de la Jaume I, Manuel Illueca, agrega otro factor. El “cóctel explosivo” que supuso liberalizar el sector de las cajas de ahorro, permitiéndoles expandirse a otras autonomías y animándolas a competir en el sector financiero, mientras se mantenía su debilidad estructural: el hecho de que nadie sabía muy bien de quién eran las cajas y que estas estaban sometidas a influencias políticas. Las cajas duraron más de un siglo, afirma Illueca, porque su forma de gobierno era imperfecta pero estaban muy limitadas por la regulación.
El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, destacó este miércoles, sobre la venta del Banco de Valencia, que La Caixa es “un banco solvente” que puede garantizar la financiación a la sociedad valenciana. Socialistas, Compromís y Esquerra Unida responsabilizaron al PP del hundimiento financiero, al haber controlado a la CAM, Bancaja e indirectamente al Banco de Valencia desde los años noventa hasta su final como entidades independientes.
El administrador del FROB censura a los consejos de las cajas de ahorros
El presidente de la asociación de accionistas ProBanco de Valencia, Vicente Simó, confió en que La Caixa haya llegado “para sumar y no para restar”, y que ofrezca un intercambio de acciones o una ampliación con derecho de suscripción preferente a los actuales tenedores de títulos.
El administrador provisional del FROB en el Banco de Valencia, José Antonio Iturriaga, consideró que el Banco de España ha buscado ser “políticamente correcto” durante la crisis financiera y censuró duramente a los consejos de las cajas por no haber cumplido con su deber: “No han sido profesionales ni independientes”, afirmó, al tiempo que dijo haber sentido “vergüenza” por la falta de preparación de algunos de sus miembros.
El Banco de Valencia comunicó, por otra parte, a la CNMV un deterioro de sus activos de 2.082 millones respecto al cierre de septiembre por el impacto de la nueva regulación y el traspaso de activos al banco malo.
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