Noche de protestas y encierros por la sanidad pública madrileña
Trabajadores de atención primaria se encierran en ambulatorios de toda la región
"Esperando pizzas en Alpes para ir entrando en calor durante la #nocheenblanco del primer día de la #HuelgaBlanca". Un médico del centro de salud Los Alpes (San Blas, Madrid) relataba así en la red social Twitter el inicio de la primera noche de encierro masivo en los ambulatorios madrileños. La primera jornada de huelga total en la sanidad madrileña se ha prolongado con encierros nocturnos en al menos 150 centros repartidos por toda la región.
Más de 1.500 profesionales sanitarios han pasado la noche encerrados en unos 150 centros de salud, según ha informado a Efe Pablo Martínez, portavoz del sindicato Asociación de Médicos y Titulados Superiores (Amyts). UGT, sin embargo, ha contabilizado 70 encierros.
Hasta Paracuellos del Jarama ha llegado la protesta. "Estamos solo siete personas, de todas las categorías", explica al teléfono Blanca, enfermera. "En este centro de salud damos servicio a muchos pueblos de la zona. Esta tarde ha habido vecinos que han bajado de sus municipios solo para firmar contra la privatización de la sanidad", relata. "Llevo 28 años en la sanidad pública y nunca había pasado algo así ni habíamos estado todos tan unidos. Esto hay que pararlo como sea".
Después de que más de 20 hospitales —entre ellos los seis cuya gestión se privatiza por completo y grandes como La Paz o el Ramón y Cajal— iniciaran encierros contra las medidas privatizadoras, la semana pasada se les sumaron algunos centros de salud.
El plan regional prevé externalizar la gestión de unos 27 centros de salud, que se entregarían “vacíos” a las empresas (sociedades de profesionales, preferentemente, según Sanidad, o compañías del sector sanitario), explicaba el miércoles pasado la médica de familia María José Ramírez, del Nuestra Señora de Fátima (Carabanchel). Ella y otros siete compañeros se disponían a dormir en el centro por tercera noche consecutiva. El centro de General Ricardos también empezó esa noche su encierro.
"Nos quedamos como 10% de la plantilla, entre nueve y diez personas", explica un médico encerrado en General Ricardos. "Llevamos comida de casa para compartir y tras las comidas o cenas nos dedicamos a hacer pancartas o folletos informativos para la ciudadanía, para que comprendan que esto lo hacemos por la sanidad pública, no por cuestiones económicas ni laborales".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.