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El malestar de Unió por la campaña de Mas sale a relucir tras la debacle

Los democristianos discrepan con Convergència por el camino a seguir ahora

Duran y Mas durante la comparecencia del segundo la pasada noche electoral.
Duran y Mas durante la comparecencia del segundo la pasada noche electoral.CARLES RIBAS

La campaña catalana no ha sido cómoda para el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida. No solo por los achaques fruto de una operación en su rodilla, que le obligan todavía a ir en muletas. También por el proceso soberanista emprendido por el presidente de la Generalitat, Artur Mas. Duran, harto del choteo que sufrió durante la campaña (los militantes se desgañitaban a gritos de "independencia" cada vez que subía al estrado) puede cobrarse, con el varapalo electoral -12 escaños perdidos-, varias facturas. El líder democristiano ha pedido a los suyos cerrar filas entorno al presidente, pero ello no evita que los miembros de Unió subrayen, en privado, las cosas que consideran erróneas en la campaña electoral de CiU.

La relación de la federación reza que el peso de las campañas electorales lo lleva Convergència en las elecciones autonómicas y Unió en las generales. Pero el desequilibrio entre la importancia de los dos partidos en esta, denuncian fuentes democristianas, ha sido exagerado. Las decisiones tomadas por Francesc Homs, portavoz del Gobierno, en la configuración de la campaña y la estrategia, han disgustado a los democristianos. A Homs le atribuyen el descaro independentista con el que se ha actuado. Unió y Convergència evitaron los roces antes de la campaña electoral dando por hecho que el único punto de acuerdo en la deriva soberanista era la consulta por la autodeterminación. Otra cosa, la opción a defender: Convergència desea un Estado propio para Cataluña y Unió apuesta por una España confederal.

Pero de ello ha habido poco rastro en la campaña, más allá de alguna referencia de Mas a que la consulta tiene dos opciones de voto. El presidente de la Generalitat se ha centrado más en defender el Estado propio como solución a los males de Cataluña que en hacer énfasis en el derecho a decidir. Todo, en una campaña muy presidencialista en la que Duran solo ha aparecido la última semana.

Miembros de Unió opinan que el excesivo tono independentista de la campaña ha movilizado a los votantes antiindependentistas. Prueba de ello es el hundimiento de CiU en las grandes ciudades que rodean a Barcelona, con una caída de entre 10 y 14 puntos porcentuales. Parte de esa caída, recalcan fuentes democristianas, se debe al aumento de participación que reforzó las posiciones de PP y propició el notable crecimiento de Ciutadans, ambos con opciones totalmente enfrontadas a CiU.

En Convergència la visión es distinta. Fuentes del socio mayoritario de la federación sostienen que las declaraciones de Duran al inicio de la campaña alejaron a los votantes independentistas de CiU y se desplazaron a ERC. La frontera entre nacionalistas y republicanos era la principal duda entre los indecisos, según los sondeos. Y las palabras de Duran —sostuvo que no había una mayoría independentista y sembró dudas sobre la inclusión de Cataluña en la UE—, apuntan estas fuentes, hicieron perder confianza en CiU. Lo verbalizó también ayer el alcalde de Vic, Josep Maria Vila d'Abadal, del sector crítico de Unió.

A los reproches entre ambos por la debacle electoral se suma la diferencia de criterios sobre el camino a seguir a partir de ahora para formar Gobierno. Hay una unidad total en descartar al PP como posible socio después de la dura campaña que han practicado los populares. Formalmente, la federación ha abierto negociaciones con ERC y PSC, al ser segunda y tercera fuerza respectivamente. Pero, mientras en Convergència dan ya por imposible un pacto con los socialistas y fían todas sus cartas a un acuerdo con ERC, en Unió la mayoría se decanta por una sociovergencia, aceptando que es la opción más complicada. Ambos partidos deberán acordar la comisión que negociará el acuerdo de legislatura, decisión que tomarán conjuntamente Mas y Duran.

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