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ELECCIONES / PATÉ DE CAMPAÑA

España: sol y moscas

Acto soporífero de Ciutadans en el Conservatorio del Liceo

Acto central de campaña de Ciutadans. Empieza tarde: media hora de retraso. ¿Por qué? Una parte del público se perdió. La convocatoria era en el Conservatorio del Liceo, en la calle Nou de la Rambla (antes Conde del Asalto). Se fueron al Liceo, en la Rambla. Al final, sin embargo, llenaron la sala (440 butacas, más medio centenar de sillas, más algunas personas en pie). Fue un acto soporífero, roto solo por el público, que se animaba solo, y Arcadi Espada, que también se basta para pensar y hablar por su cuenta. Suyas fueron las mejores frases. Es una pena que tuviera que cerrar el acto el tópico Albert Rivera.

El presentador fue Javier Capitán y se presentó como humorista. Debe de serlo, porque la gente se reía mucho. Igual que en las series televisivas americanas. Capitán decía “buenos días” y la carcajada era general. Luego se dedicó a imitar a gente. Por suerte anunciaba antes a quien iba a imitar.

Hubo más intervenciones. Por ejemplo, Javier Nart, que necesita un curso urgente sobre concordancias: si el sustantivo es masculino, por ejemplo, Gobierno, el artículo debe ser “el” y no “la”. Si el sujeto es singular, el verbo no puede ir <CL10.4>en plural. Pero su prosa gusta al personal que, por otra parte, está entregado, de ahí que se aplauda una intervención que recordaba las parodiadas en Fray Gerundio de Campazas, ya saben, aquel fraile que no daba sermones sino “alfalfa espiritual para los corderos de Cristo”.

Inés Arrimadas, joven y candidata, se empeñó en perder votos. Dijo repetidamente que Ciutadans era el partido de los jóvenes. ¿Qué pensarían los cincuentones vestidos a lo moderno, con ese estilo de quien se ha separado de la mujer y tienen una novieta? Porque de estos había muchos (dentro de un orden) en la sala. La mujer habló tanto que al final la aplaudieron mucho. Se dio por enterada y puso fin al discurso.

Arcadi es otra cosa. Sabe buscar una idea y rodearla para que no se pierda. Ayer insistió en la moralidad de ser catalán sin provocar desastres, en la relación directa entre ser catalán y español y europeo. España, dijo, “son los Borbones, el sol y las moscas”, pero también un “empeño moral fracasado hasta 1978” con la única excepción de la Segunda República. Terminó su intervención entre bravos, silbidos de aprobación y piropos y no cortó las orejas y el rabo porque no había toro.

Luego Albert Rivera enfrió la cosa. Habló de sus sentimientos y de su padre y de su madre. Deben de estar muy contentos.

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