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“¡Luego me dejáis tomar una birra!”

Mas desea “una Cataluña libre” en el acto con los jóvenes del partido

Foto: atlas | Vídeo: Atlas / Albert Olivé (EFE)

Es difícil ver la sala barcelonesa Luz de Gas llena antes de medianoche, pero si el rompepistas se llama Artur Mas y es presidente de la Generalitat, hay centenares de jóvenes nacionalistas dispuestos a escucharle, y de paso, quedarse a granjear amistades en el partido. Mas no se reservó ningún espectáculo –en esto le gana de calle Josep Antoni Duran Lleida, que hace un año se marcó un solo de batería-, pero se aventuró a quitarse la corbata. De telonera actuó Joana Ortega, vicepresidenta del Gobierno. No destacó por su originalidad: “Quién diga que a los jóvenes no les interesa la política tendría que ver esto”, clamaba. Unos le daban a la cerveza, los más aventurados al gin-tonic, y la mayoría ya intercambiaban pareceres: más interesados en las relaciones sociales que en el discurso. Aunque demostraron atención. Cuando Ortega dejó ir un “amb il·lusió”, lema de la campaña de Mas de 2010, hubo risas, y Mas estuvo atento. Se marcó un gesto propio de un locutor de radiofórmula de los 90, levantando el dedo con énfasis, y le dijo a Ortega: “Eh, que esto es mío”.

Mas se sintió joven y empezó el discurso bromeando. Sorbió agua, bebida prácticamente prohibida en la sala, y dio cuenta de las bebidas de los jóvenes: “Yo con agua, y vosotros con birras”, se quejó, al tiempo que alguno ya apura su primer gin-tonic, antes de medianoche. “¡Luego me dejáis tomar una!”, pedía el presidente, que apenas dos horas antes había pronunciado un mitin en Terrassa, y solo le dio tiempo a comer un austero bocadillo vegetal.

Luego se arrancó en su discurso. Cogió el texto base, y de pronto se encontró hablando de pensiones –no falla en ningún mitin- ante un auditorio compuesto mayoritariamente por menores de 30 años. Luego captó la audiencia, resaltó la importancia de los jóvenes en el proceso soberanista y les tranquilizó: “No os preocupéis que sé decir independencia”. Incluso se permitió desear “una Cataluña libre”. El mitin acabó y la música dio paso a la fiesta. Mientras, Mas se hacía fotos con sus fans más jóvenes, empezó a sonar Gagnam Style, brillantemente versionada por el programa Polònia como Mas Style. La muchedumbre esperó ver al presidente haciendo el famoso baile del caballo del rapero PSY, pero Mas no se soltó tanto. Quizás con el Estado propio, o con una cerveza de más.

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